sábado, 1 de abril de 2017

Ferrer no encuentra el rumbo ¿Será la gira de arcilla su última oportunidad?

Hasta  el 2015 había pocos tenistas más fiables en el circuito que David Ferrer. Su juego sólido sumado a la férrea competitividad que atesora le convertía a finales de año en uno de los jugadores que más partidos acumulaba en su haber. Este curso, sin embargo, es todo lo contrario. Solo ha jugado nueve partidos, de los cuales ha perdido seis; el último  frente al argentino Diego Schwartzman en su primer partido del Masters 1000 de Miami (6-2, 6-3).



Tres únicas victorias en tres meses de competición es un bagaje muy pobre para el de Xàbia. Fijo en el top 10 en la última década y acostumbrado a ganar, por primera vez en doce años no está entre los 30 mejores del mundo (32). Perder más de lo que estaba acostumbrado, incluso en torneos menores, le ha generado una tremenda desconfianza en su juego. Lo más lejos que ha llegado esta temporada fue en la tercera ronda del Open de Australia, un resultado insuficiente para un tenista de su categoría.

Errático y sin chispa, el propio jugador reconoce que necesita reinventarse para no seguir descendiendo puestos en el ranking. A pesar de que cumplirá 35 años en abril, no se plantea la retirada. Tiene ganas de seguir en activo, aunque es consciente de que el hecho de acumular derrotas puede hacerle cambiar de opinión. El que fuera número 3 del ranking ATP sabe que sus mejores momentos en el rectángulo de juego ya los ha vivido, pero tiene ganas de seguir. Aunque no a cualquier precio.

La buena noticia para el tenista español es que se viene la temporada de tierra batida en Europa, su superficie favorita -pese a su mala actuación en los recientes torneos sudamericanos- en la que espera recuperar sensaciones para salir del bache. De sus resultados sobre polvo de ladrillo dependerán en gran parte sus ganas de continuar o no en activo. Sean buenos o malos, su entrega y profesionalidad seguro que será máxima.

El año pasado  la gira europea tampoco fue del todo positiva. Octavos de final en Madrid, Roma y Roland Garros fueron sus resultados algo que ene se entonces dejó sabor a poco. La presión por los puntos no será mucha  por lo que podrá arriesgar más en su calendario. Esta vez está anotado en Monte-Carlo y Barcelona para comenzar. 

¿Si será su última gira? Los resultados determinarán su decisión.

ORIOL DOTRAS
La Vanguardia

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