sábado, 1 de febrero de 2014

Los hermanos Bryan salvan a EE.UU y serie se definirá el domingo

SAN DIEGO, ESTADOS UNIDOS: Gran Bretaña tenía hoy dos opciones, una, salir con todo a cerrar la serie, o sea, jugar con Andy Murray, y dos, reservar, poner a una pareja suficientemente competitiva como la formada por Colin Fleming y Dominic Inglot (33 y 27 del mundo en dobles respectivamente) y ver si sonaba de nuevo la campana (como sucedió ayer con James Ward) con la tranquilidad que da tener a Andy Murray en la recámara para el primer partido del domingo. Leon Smith, el capitán británico, optó por la segunda opción.


Y no le salió bien porque los Bryan ejercieron de lo que son, la mejor pareja de dobles del mundo, quizá de la historia, y dejaron todo por decidir. Pero aun así, Leon Smith no tendrá una noche de insomnio en su hotel de San Diego. Dormirá el sueño de los benditos sabiendo que Andy Murray vela por sus intereses y que Sam Querrey, muy por debajo del escocés en ranking y probablemente hundido por su derrota ante el semidesconocido James Ward, no es rival. Podemos acudir al tópico de que todo es posible, pero es altamente improbable.
El encuentro de dobles tuvo poca historia. Los Bryan sólo se vieron en apuros en el cuarto set que cedieron por 6-3 y que tuvo todo el aspecto de esos sets de descanso que algunos tenistas, seguros de su capacidad, se toman a veces en su camino hacia la victoria.
Los hermanos de Camarillo, un alarde de simetría y compenetración y también un ejemplo de entusiasmo y profesionalidad al más puro estilo americano, no dieron opción. Los Bryan actúan como una estructura, por separado no funcionan, pero juntos se convierten en un máquina de conseguir triunfos ya sean Grand Slams, Juegos Olímpicos o Copas Davis, una competición que aman por la importancia genuina que da a su especialidad.
El sueño americano sigue vivo en San Diego.
Daviscup.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario