Una marca de longevidad espectacular. Eso conseguirá mañana David Ferrer cuando salte a la tierra batida de Roland Garros para disputar su Grand Slam número 50 de forma consecutiva. El español, que se medirá a Lukas Lacko, se unirá así a Roger Federer (64 apariciones seguidas) y Feliciano López (53) como los tres jugadores en activo que han superado la cifra mágica de los 50 grandes hilados uno tras otro, sin interrupciones por el camino.
“Eso quiere decir que he tenido mucha suerte”, explicó el número 8 del Emirates ATP Ranking antes de debut en Roland Garros. “He podido jugar 50 veces los grandes de forma consecutiva. Es un dato importante. Voy a intentar que siga siendo así durante los dos primeros años”, prosiguió el alicantino, que jugó en París por primera vez hace más de una década. “Me acuerdo que en 2003 tenía muchos más nervios de los que tengo ahora”, rememoró el español. “Por ejemplo, jugar partidos al mejor de cinco sets era una incertidumbre total. Ahora, es diferente. El hecho de venir cada año me ha obligado a aprender muchas cosas. Y haber evolucionado como persona. No soy el mismo jugador que llegó a París con 19 años, ahora tengo 33. Pero el recuerdo es bueno. Era un niño en aquel momento”.
Además, Ferrer valoró qué ha cambiado de aquel año al actual. “Con 19 años, tenía más ansiedad por terminar los encuentros. Ahora, sé lo que hay y que los partidos son a largo plazo”, argumentó el alicantino. “No entras en ese estado de ansiedad a la hora de cerrar los encuentros”, relató. “Ahora sabes que tienes más margen de poder darle la vuelta al partido. Con 19 años, tenía más ansiedad por terminar los encuentros. Ahora, sé lo que hay y que los partidos son a largo plazo. No entras en ese estado de ansiedad a la hora de cerrar los encuentros”.
“Me sorprendió mucho todo”, contó Ferrer acerca de lo que le llamó la atención de un grande. “La cantidad de gente que hay, el espectáculo, los partidos… es diferente a cualquier otro torneo. Cualquier Grand Slam es macro. Están rodeados por mucha expectación, pero una vez estás dentro del circuito lo ves como algo natural y completamente normal”.
Ferrer también hizo balance de su fabuloso 2015, donde ha levantado tres títulos. “Ganar un torneo siempre es difícil y Doha más todavía, pero había trabajado para ello”, confesó sobre su primera copa de la temporada. “Acabé el año muy bien, tanto a nivel tenístico como mental. Empecé esta temporada con muchas ganas e ilusión. Tuve mucho más tiempo para hacer la pretemporada, que fue un mes y medio muy intenso. ¿A partir de ahí? Nadie sabe si va a salir bien luego o no. No sé si va a funcionar por mucho que trabaje, pero estaba tranquilo conmigo mismo porque estaba en mejores condiciones para poder afrontar bien el año”, continuó. “Me sorprendió más ganar Acapulco. Venía de un viaje muy largo y estaba cansado. Los primeros días fueron muy duros. Acabé al límite físicamente después de dos semanas intensas”.
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