lunes, 1 de septiembre de 2014

Belinda Bencic, tras las huellas de Martina Hingis

NUEVA YORK (Enviado especial) -- La sonrisa parece dibujada en su rostro. "Cuando era niña, siempre soñé con jugar aquí", repitió Belinda Bencic, de sólo 17 años, quien creció con Martina Hingis como espejo tenístico. Ella, que nunca le había ganado a una Top 10, viene de derrotar a dos de manera consecutiva y es la más joven cuartofinalista de un Grand Slam desde 2006 y aquí, en el US Open, desde hace la misma cantidad de años que tiene ella misma, cuando lo hizo su compatriota y ex N° 1, con escasos 16. Pese a lo conseguido en Nueva York, su carita es poco conocida. 



En sus cuatro victorias viene de eliminar a tres cabezas de serie al hilo, Kurumi Nara y las top-ten Angelique Kerber y Jelena Jankovic. Fuera de una cancha, ya sin el obvio referente de un cartel electrónico, la gran mayoría de los aficionados desconoce quién es esa niña de cabello castaño, de 1,73 metro. Como ocurrió cuando se movilizó por algunos sectores del complejo de Flushing Meadows y también en la sesión de 40 minutos que tuvo, con un clima muy pesado y húmedo, en el court 5 de prácticas. Dirigida por Ivan, su padre, de origen eslovaco, ella fue ganando seguidores al costado del alambrado cuando la gente se enteró quién era la jugadora en cuestión, de potentes golpes de base, como esa devolución de saque de derecha que dejó boquiabiertos a varios.

"¿Quién es ella?", fue la repetida pregunta, en inglés, de tantos curiosos que se acercaron a observar su entrenamiento. "¿Y de dónde es?", resultó ser la siguiente consulta. Ante la repetida respuesta, ninguno quiso irse, enterados que estaban en presencia de una futura campeona, la misma que ganó los títulos juniors de Roland Garros y Wimbledon en 2013 y que hoy figura con su ranking más alto, el 58°, que lo mejorará mucho la próxima semana, ya con un lugar asegurado entre las ocho máximas protagonistas del Abierto de Estados Unidos. La misma chica que empezó a jugar a los cuatro años en la escuela de tenis de Melanie Molitor, la mamá de Hingis, quien la sigue asistiendo en forma personal desde hace 10 años, aunque su habitual compañero de viajes es su papá.

La ex líder juvenil del año último irrumpió esta temporada, con atrevimiento y la velocidad de su juego, entre las 100 primeras del circuito profesional. En enero disputó su primer Grand Slam entre las mayores y, tras pasar la qualy, ganó un partido en el cuadro principal. Y su gran salto de calidad lo dio en este US Open, ya que superó claramente la tercera rueda hecha en Wimbledon. Además, ante Jankovic, tuvo su estreno en el estadio Arthur Ashe, el más grande del mundo, con capacidad para 23.500 personas. "Estaba abrumada. Todo era tan enorme", explicó, aunque se movió con una presencia y una autoridad que la hacen distinta, especial, de esa casta de grandes campeones.

Sólo así, con actitud ganadora, se puede afrontar semejante desafío escénico y vencer a la actual N° 10 del mundo y ex reina. "'Creo que ella tenía toda la presión porque tenía que ganar y yo sólo debía disfrutar", contó Bencic. Y admitió haber recibido consejos de Hingis, quien fue la anterior más joven en llegar a cuartos de final en el US Open, en 1997, justo cuando se inauguró el estadio Ashe. "No sabía eso, es bárbaro", dijo la jovencita. Ese año, la inteligente helvética logró su única corona en Nueva York y ahora se le consultó a Bencic si pretende emularla. "No, yo sólo pienso en mi próximo partido", dijo sorprendida, con una sonrisa, con vistas al choque contra la china Shuai Peng.

"Los últimos 12 meses fueron tremendos para mí. Avancé mucho y estoy muy contenta", remarcó la revelación del certamen, que se une a otras de algunos años más que ya dieron la nota en los Grand Slam previos. "Ella tiene el gen de los campeones", afirmó Nick Bollettieri, el entrenador que la dirigió un tiempo en su conocida academia en Florida a esta niña que creció viendo brillar a Roger Federer. Lejos de pensar que puede llegar a concretar una carrera como la de su connacional, disfruta el presente y se ilusiona con un futuro aún mejor.

"Sé que debo tratar de mantener la calma en los momentos decisivos de los partidos. Todos tenemos nervios y tenemos que saber manejarlos, estando enfocados en cada punto", contó Bencic. La misma que poco a poco empieza a hacerse más conocida, aunque aquí muy pocos la reconocen a primera vista. Alentada por Hingis, con indicaciones precisas ante cada partido y rival, la ex reina de los "bajitos" ahora da pelea entre las mayores y tiene motivos para ilusionarse en serio. Igual, sabe que el camino es largo y no debe apresurarse.

Por Gustavo Goitía
ESPNtenis.com 

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