Más allá de una ajustada derrota o de una larga racha negativa de resultados, hay algo que aún duele más: las lesiones. Son inevitables compañeros de viaje para cualquier deportista, pero nadie desea soportar su presencia. El ex número 5 del mundo, Tommy Robredo, ha superado una etapa de siete meses sin competir en el ATP World Tour debido a una lesión en el codo derecho, pero la próxima semana regresará al circuito en la pista cubierta del Moselle Open en Metz, del 18 al 25 de septiembre.
El pasado mes de febrero en el Dubai Duty Free Tennis Championships fue la última vez que pudo competir en el ATP World Tour. Desde entonces ha atravesado un duro período apartado de las pistas, con intervención quirúrgica incluida. “Ha sido duro. En primer lugar, tener que tomar la decisión de operarme, porque después de Dubái tenía una rotura en el tendón y traté de evitar el quirófano. Estuve un tiempo parado, haciendo rehabilitación, pero al cabo de un mes y medio vimos que no soldaba nada y optamos por entrar en quirófano”, explica Robredo a ATPWorldTour.com.
Tras los problemas físicos detectados en Dubái, el objetivo del catalán era regresar ante su público en abril en el Barcelona Open Banc Sabadell, pero los médicos confirmaron que la operación era la mejor vía para volver a jugar con las mejores garantías. Por delante restaba una larga etapa de recuperación y rehabilitación. “Teóricamente eran cuatro meses de recuperación. Los primeros dos meses son duros porque sabes que estás fuera, pero tienes que mentalizarte de ese tiempo sin entrenar ni competir. El tercer y cuarto mes, que ya ves que estás cerca, es cuando aprietas un poco. Tienes ganas de verte bien”.
A sus 34 años, Robredo acumula 19 temporadas como profesional y 12 títulos, incluidos un ATP Masters 1000 hace diez cursos en Hamburgo. Su dilata experiencia, el equipo de profesionales que le rodea y sus personas más cercanas han sido parte importante del éxito en su recuperación: “La ilusión de volver siempre ha estado presente, trabajando día a día con todo mi equipo, con el fisio, con el entrenador… todo ayuda. Todo ha ido bien. También estar en casa con mi familia, con mis amigos, con mi novia, ha hecho que la vuelta se me hiciese más rápida y placentera”.
El español, que cuenta con una invitación en el Moselle Open, ya tuvo la oportunidad de volver a probar la competición en el ATP Challenger Tour la pasada semana en Génova (Italia). “Tenía muchísimas ganas de volver a jugar. Ahora en Metz creo que me va a venir bien jugar, porque ya estoy muy cerca de poder estar bien”, advierte el campeón en Metz en 2007.
Indudablemente, los problemas físicos han marcado una temporada atípica. Apenas ha podido afrontar cinco torneos a estas alturas del año, con un récord de 2-4. Pero si las lesiones le respetan, poco a poco, promete trabajar para recuperar su mejor nivel. “El objetivo es jugar este año el máximo de partidos posibles para que el brazo se vaya adaptando y poder empezar en 2017 a tope”, reconoce.
Eso sí, Robredo sabe que “van a ser unos meses difíciles porque el hecho de tener que empezar a jugar con dolor es molesto y no es fácil”. Antes de terminar, un último deseo: “La ilusión es volver a estar al 100% al año que viene y dar el máximo para ver si podemos hacer otro gran esfuerzo, otra gran remontada y volver a estar donde realmente quiero en la ATP”.
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