Despejó cualquier tipo de dudas, si es que en algún momento las hubo. Novak Djokovic recuperó su mejor versión sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier para avanzar a toda velocidad hacia las semifinales de Roland Garros. El serbio se impuso a Tomas Berdych por 6-3, 7-5, 6-3, en algo más de dos horas.
Es la novena vez consecutiva que el serbio se cuela entre las cuatro mejores raquetas de un Grand Slam. Y es que desde la edición de Roland Garros 2014, Djokovic siempre ha estado presente en las semifinales de un torneo de esta categoría.
30 minutos bastaron al número uno del Emirates Ranking ATP para advertirle al checo que estaba totalmente recuperado de la dura batalla que había librado el día anterior frente a Roberto Bautista Agut. Física y mentalmente. Era el Djokovic de siempre, al que no se le discute desde el fondo y que tampoco concede facilidades con su servicio.
Tanto fue así que saltó impecable a la pista con un 84,2% de éxito con su saque y obligando a Berdych a engordar su lista de errores hasta 20 (9 de ellos no forzados). Moviendo de lado a lado a su rival, mandando con la derecha y cortando el ritmo con alguna dejada, Djokovic encontró la primera rotura en el séptimo juego (4-3).
Tampoco perdonó cuando se situó, de nuevo, al resto para apuntarse la primera manga (6-3) con pleno éxito a la hora de convertir las oportunidades de break (2/2). El guión advertía un resultado similar a las diez últimas ocasiones en las que Djokovic y Berdych se habían encontrado: victoria para el serbio.
Y lejos de cambiar, el decorado siguió pintando luces para el de Belgrado. Inspirado, cómodo y tan sólido como a lo largo de todo el curso, era capaz de ejecutar con brillo cualquier golpe que ideaba. Por si fuera poco, el número 8 del mundo entregaba con una doble falta su primer juego con el servicio del segundo set. En sólo diez minutos, Djokovic ya mandaba 3-0, encadenando seis juegos seguidos.
Berdych despertó de su letargo y elevó su listón de agresividad, con más presencia en la red y soltando la muñeca en la media pista. En la primera ocasión en la que Novak se mostró frágil con su servicio, devolvió el break para apretar el set (4-4). Pero el balcánico supo acelerar en el momento adecuado, volvió a imprimir una marcha más y mayor ritmo de bola para sentenciar con otro quiebre definitivo (7-5).
A pesar de que el tercer set arrancó con un break para Berdych, el serbio rápidamente recuperó la distancia para mantener el orden en el marcador (3-3). De nuevo, la lluvia fue protagonista y obligó a detener el juego durante unos minutos. Tras el breve paso por vestuarios, Djokovic regresó más fuerte.
Tanto fue así que encadenó tres juegos consecutivos para cerrar la victoria. El discípulo de Marian Vajda y Boris Bercker terminó el encuentro con 30 golpes ganadores.
ATP
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