jueves, 16 de abril de 2015

Nadal agarra confianza ante Isner y avanza en Monte-Carlo

Tantas veces detenida, la progresión del juego de Rafael Nadal esta temporada se restableció este jueves gracias a un factor primordial, quizá definitivo: su solidez mental. Por primera vez este 2015, en octavos de Montecarlo, se exhibió como el tenista dominador que fue, sólido durante todo el encuentro, convincente en los instantes decisivos. Las características del juego de John Isner, el continuo bombardeo, el predominio del servicio, convirtió el encuentro en un agotador examen psicológico y el español aprobó: venció en tres por 7-6(6), 4-6 y 6-3 tras dos horas y 20 minutos.



Sus derrotas este año habían creado una preocupante tendencia. Tras empezar ganando, Nadal hallaba una mínima oposición y los nervios, la "angustia" admitida, le superaban. Esta vez no hubo nada de eso, lo demostró en dos ocasiones. Al principio, cuando se asomó al precipicio del 'tie-break' y mantuvo la compostura: con dos bolas de set en contra, alargó intercambio y salió airoso. Y al final, cuando se recompuso de un segundo parcial perdido por errores propios y supo marcar el ritmo: aprovechó que el cansancio afectaba a su adversario y no perdonó ni un punto hasta cerrar el partido.

Su previsible rival en cuartos de final, David Ferrer, le exigirá una concluyente mejoría en su tenis, pero ya llega a ese enfrentamiento, revancha de su eliminación el año pasado, sabiéndose él mismo... y con algunas certezas. En primer lugar, su buen estado físico. Los entrenamientos en casa tras los chascos de Indian Wells y Miami le permitieron este jueves alcanzar la red con facilidad (12 de 14), logrando incluso recuperaciones de mérito. En segundo, la estabilidad de su servicio. Sabedor de la importancia de evitar sobresaltos ante Isner, consiguió un 73% de primeros y hasta siete aces, cediendo sólo tres bolas de ruptura.

Y en tercer y último lugar, la recuperación de su 'drive'. Con el regreso a la tierra batida y el cambio en el cordaje de su raqueta, su 'top-spin' vuelve a correr, tomando la altura necesaria. Aún requiere encontrar la comodidad necesidad para buscar las líneas, pero el peligro de esa arma es, de nuevo, evidente. Aunque no era Isner, gigante de 2,08 metros, el contrincante ideal para demostrarlo. Herido de muerte a mediados del segundo set (en el que Nadal tuvo tres bolas de 'break' para 5-3 y saque), cuando se recuperó, se vino arriba y pudo poner en serios problemas al hoy número cinco del 'ranking' mundial.

Añadiendo acierto en la volea (28 de 40 en la red) a su siempre duro servicio, se llevó un parcial, hecho que no ensucia el resultado. Aunque Nadal le había ganado los cuatro encuentros precedentes, el estadounidense, famoso por disputar ante Nicolas Mahut en Wimbledon 2010 el partido más largo de la historia, llegaba con otro notable honor. Sólo él en primera ronda de 2011 y Novak Djokovic en semifinales de 2013 obligaron al español a disputar un quinto set en Roland Garros. Entonces, como este jueves, se impuso la superioridad anímica del nueve veces campeón del Grand Slam parisino. Su progresión, parece, avanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario