jueves, 8 de septiembre de 2011

Nadal se recupera y avanza a cuartos de final de EEUU

Tan sólo dos horas y 18 minutos le duró Gilles Müller a Rafael Nadal en la Arthur Ashe de Nueva York. El luxemburgués no ha sido el cañonero que acostumbra y ante Nadal, acabas pagándolo tarde o temprano. Hoy ha sido temprano. A los pocos minutos de reanudarse el partido, Nadal logró su primer break y ya no se descolgaría en el marcador [7-6, 6-1 y 6-3].


Alcanzaron el tie break en el primer set, pero Nadal sacó toda la artillería que le acompaña siempre en los Grand Slam y no dio opción alguna a su rival, que acabó sucumbiendo por un ridículo 7-1. A partir de ese momento, Giles Müller se desdibujo en la pista, alternando grandes intercambios con subidas tanto precipitadas como innecesarias a la red. Hizo un amago de resucitar en el último set tras desaparecer por completo en la segunda manga (6-1). Rompió a Nadal y se vio con 2-0 arriba. Le debió entrar vértigo de verse arriba de Rafa y su figura fue desapareciendo de la pista.

El objetivo está cumplido: ha alcanzando los cuartos de final sin un cansancio excesivo. A partir de ahora viene su Tourmalet: rivales de entidad, la pista a rebosar exigiendo tenis del bueno, y los calambres y quemaduras revoloteando en su cabeza. Su próximo rival saldrá del vencedor del Roddick-Ferrer, que saltaron a la pista una hora más tarde debido a problemas con grietas en un fondo. "¡Qué leches hacemos aquí! La pista no está en condiciones", gritaba Roddick en el túnel de vestuarios.

La lluvia que paralizó Flushing Meadows durante dos días, y que hoy tenía entrada VIP en las gradas según los informes metereológicos, no acudió a una cita a la que ha sido fiel en las últimas fechas. Por fin dio un pequeño respiro. Y Nadal lo agradeció. Con el sol apuntando hacia su melena, el español se sintió cómodo en la pista, le funcionaron todos sus golpes y avasalló a su rival cuando éste subía a la red. Y Müller subió y subió sin cansancio. Cuando debía y cuando no. Fallaba y acertaba. Pero la realidad es que brindó al espectador con grandes voleas cuando atinaba y con grandes passings Rafa cuando erraba.

Fuente: El mundo.es

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