Gael Monfils es campeón en Washington y pone fin a extensa mala racha

¡No otra vez! Gael Monfils tal vez pensó con rabia, con miedo. Una derrota más en una final era inminente. Después de 19 subtítulos en su carrera, dependía de su devolución o de un lapsus de Ivo Karlovic a pesar de haber ganado los 53 juegos con su saque en todo el torneo y de conectar 100 aces hasta ese momento.

Estaba muy cerca de volver a caer en la final de Washington, luego de hacerlo en 2011 ante Radek Stepanek. Aferrarse a un milagro. O seguir confirmando que es el tenista activo con peor efectividad en finales (5-19 y 20.8% de finales ganadas). No dependía totalmente de sí mismo. Pero debía intentarlo.

Un 0-40 le dio esperanza. Un 40-40 le recordó esa amarga sensación de ahogarse en la orilla después de cruzar el océano. Una ventaja a favor y un fallo de Karlovic concretaron lo imposible en Washington: el primer quiebre del croata en el torneo. Pero el fantasma regresó en el tie-break: ya no era un game que lo separaba del vigésimo subtítulo, sino una bola.

Match point. 16.48 en Washington. Monfils saca para escaparse. Karlovic falla la devolución. El mismo que salvó tres match points el fin de semana pasado en Newport ante Gilles Muller, desaprovecha la única oportunidad para ganar su primer ATP 500. Karlovic se derrumba.

El francés esquiva el abismo, esa sensación de quedarse muy cerca, colgado de la punta de la cima en lugar de pararse sobre ella. En el tercer set le basta un quiebre en el tercer juego para llegar al décimo juego con su saque y la posibilidad de ganar. 17.25 en Washington. 5-4, 40/15. Match point a favor.

Tan cerca de ganar su primer título desde 2014 y el sexto en su carrera. Pero muy cerca estuvo también ante Gilles Simon en 2013 (Marsella) y Novak Djokovic en 2009 (París). Con ambos cayó en el tie-break del tercer set. Los fantasmas rondaron de nuevo, pero no los escuchó demasiado.

Se soltó y se liberó de una racha negativa. 5-7, 7-6(6), 6-4 en dos horas y 15 minutos. Celebración.

Gael Monfils se convierte en el octavo tenista del año en consagrarse campeón después de salvar puntos para partido y el tercero en hacerlo en la propia final. Lo consiguieron Viktor Troicki ante Grigor Dimitrov en Sídney y Karlovic ante Muller en Newport. Monfils, en su segundo torneo después de superar un virus, no lo puede creer.

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