Para Roger Federer, según él, se trata solo de la posibilidad de
alcanzar su undécima final de Wimbledon para quedar más cerca de su
título No. 19 de Grand Slam. Y ya. Pero el choque ante Tomas Berdych en
la duodécima semifinal de su carrera en la Pista Central del All England
Club promete muchas recompensas.
Por ejemplo. Con 35 años y 342 días, Federer buscará convertirse en
el segundo tenista más veterano en clasificar a la final de Wimbledon,
tras Ken Rosewall que fue subcampeón en 1974 (con 39 años y 246 días).
También quiere volver más inalcanzable su récord en clasificaciones a
finales del torneo (por ahora van 10) y también de Grand Slams (por
ahora van 28).
Si gana, además, conseguirá el triunfo No. 90 de su carrera en
Wimbledon, el torneo de Grand Slam donde más acumula victorias. Después
en Australia (87), US Open (78) y Roland Garros (65). El suizo será
favorito no solo por la preclasificación, sino por el contexto. Solo una
de 11 veces posibles ha perdido una semifinal en el certamen (el año
pasado ante Milos Raonic).
Y en las 10 semifinales que ganó, en nueve se impuso en sets
corridos. Quien representó la mayor amenaza en esa instancia fue Novak
Djokovic en 2012 al arrebatarle el segundo set. ¿A qué se aferra
entonces Tomas Berdych, que además de todo tiene récord negativo de 6-18
contra el suizo?
Y no solo eso. El suizo no ha perdido sets en su camino a semifinales
(al igual que en 2008 y 2010) y lleva un acumulado de tiempo en pista
de siete horas y 38 minutos. En ningún encuentro ha pasado de las dos
horas de juego. Mientras que Tomas Berdych, a pesar de solo jugar 63
minutos en cuartos de final por el retiro de Novak Djokovic, lleva 10
horas y 41 minutos en el torneo gracias a los 17 sets disputados.
¿Qué tiene a favor entonces el checo?
“Lo más importante es mi juego. Creer en lo que estoy haciendo. Ya lo
hice en el pasado (se impuso en Dubái 2013, US Open 2012, Cincinnati
2011, en cuartos de Wimbledon 2010, Miami 2010 y Olímpicos de 2004). Voy
a tratar de dar mi mejor”, aseguró el checo de 31 años, quien llega con
una racha de siete derrotas ante el suizo, quien además ha ganado los
duelos del año en Australia y Miami.
“El partido que jugamos allí (en Melbourne), terminé pensando que
probablemente nunca lo había visto jugando mejor tenis. Pero luego lo
enfrenté en Miami. Casi le gano, tuve tres puntos de partido. Estuve
cerca. Así que ahora para el tercer encuentro, esperemos que la suerte
sea para mí”, añadió el cabeza de serie No. 11, semifinalista en 2016
(l. Murray) y quien buscará su segunda final en Wimbledon tras la
disputada en 2010 (l. Nadal).
Si consigue la hazaña, el No. 15 del Emirates ATP Rankings se
convertirá también en el segundo checo en la historia en llegar varias
veces a final de Wimbledon (tras Ivan Lendl que lo hizo en el 86 y 87).
Además, alcanzaría a Nadal en número de victorias en el torneo (43) para
demostrar así su regularidad en este escenario. Será la cuarta vez en
la Era Abierta, en todo caso, que haya al menos dos semifinalistas en el
torneo con 30 o más años.
Uno de ellos avanzará para seguir desafiando al tiempo, para
valorizar sus carreras tenísticas y para asegurar, al menos, un cheque
de £1.1 millones. Esa cantidad, la misma que ganó Novak Djokovic por ser
campeón en 2011, se llevará a casa el subcampeón de Wimbledon-2017; es
decir, justo la mitad de dinero que ganará el campeón. Este viernes
habrá mucho en juego.
ATP
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