Parecía una barrera insalvable. Si había un jugador que llevaba
tiempo llamando a las puertas de las semifinales en Wimbledon, ese era
Marin Cilic. Concretamente, desde 2014 cuando se presentó por primera
vez entre los ocho mejores. Desde entonces se topó una y otra vez contra
el muro de los cuartos de final. Hasta hoy. El croata superó a Gilles
Muller por 3-6, 7-6(6), 7-5, 5-7, 6-1, en tres horas y 30 minutos.
Hasta en dos ocasiones, el No. 6 del Emirates Ranking ATP se había
quedado a sólo un set de adentrarse en la ‘Final Four’ sobre la hierba
londinense. Pero, primero Novak Djokovic en 2014 y 2015, y luego Federer
–que remontó un partido que cedía dos sets a cero (7-6[4], 6-4, 3-6,
6-7(9), 3-6)– en 2016, le impidieron seguir avanzando en el All England
Club.
Muller, que llegaba con confianza después de derrotar en una épica
batalla a Rafael Nadal en cuarta ronda, no pudo dar continuidad a su
gran racha esta temporada sobre césped. El desgaste después de casi 5
horas de partido frente al español acabó pasándole factura.
El luxemburgués, que había ganado el título en el Ricoh Open de
‘s-Hertogenbosch, concluye la gira de hierba con un balance de 11
victorias en 13 partidos en esta superficie.
Precisamente esas dos derrotas de Muller sobre césped llevan el sello
de Cilic, verdugo tanto en las semifinales de Queen’s como este
miércoles en el All England Club. No obstante, el balcánico domina el
FedEx ATP Head2Head por 3-0.
Eso sí, la puesta en escena de Muller fue imponente. Culminó un
primer set impecable, sin margen de error con su primer servicio (87%),
además de no dar una sola facilidad al resto. Aprovechó las dos
oportunidades de break que dispuso para en sólo 33 minutos adelantarse
en el marcador.
Era un partido sin margen de error. Con más aciertos que fallos.
Cualquier pequeño detalle frente a porcentajes de éxito con el servicio
tan altos, podía decantar el encuentro. Si Cilic promedió un 89% de
puntos ganados con su primer servicio; Muller elevó la cifra hasta un
93%.
Pero el propio Muller pagó uno de los pocos no forzados que cometió
en el segundo set (6). Una doble falta con 6-6 en el desempate, sirvió
para que la magia de Cilic hiciese el resto desde el fondo, con un
passing que sirvió para igualar el encuentro a dos sets.
A partir de entonces la escena cambió radicalmente. Aunque la ley del
servicio siguió dictando el guion, Cilic dominó desde atrás y encontró
huecos para hacer daño a su rival. Con un 95% de puntos con primeros
servicios, un break convertido en 3 oportunidades, se adjudicó el tercer
set.
A pesar de que Muller logró estirar el partido hasta la manga
definitiva, el croata se hizo fuerte en el quinto set, culminando otra
tarde maratoniana con 33 saques directos y un total de 74 golpes
ganadores.
En la búsqueda de la segunda final de Grand Slam de su carrera, Cilic
se medirá al favorito No. 24 Sam Querrey, que sorprendió al número uno
del mundo y defensor de la corona, Andy Murray, por 3-6, 6-4, 6-7(4),
6-1, 6-1, en dos horas y 42 minutos.
El croata domina el cara a cara ante el estadounidense por 4-0. Tres
de esas victorias se han producido sobre hierba en Wimbledon 2009
(segunda ronda) y 2012 (tercera ronda), además de Queen’s (semifinales).
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