Agnieszka Radwanska se coló en los octavos de final de Wimbledon tras remontar un set adverso ante Timea Bacsinszky. La suiza golpeó primero con rotundidad. Sin embargo, la polaca respondió con su maestría para darle la vuelta a la tortilla y alcanzar la segunda semana del tercer Grand Slam del curso donde chocará con la rusa Svetlana Kuznetsova.
La jugadora nacida en Cracovia se había colado en la tercera ronda tras superar dos duros enfrentamientos previos. Primeramente fue la serbia Jelena Jankovic en dos sets y posteriormente la estadounidense Christina McHale en tres batalladoras mangas. Por su parte, la de Laussana
tuvo que luchar algo menos para batir en su debut a la puertorriqueña, y
flamante medallista de oro olímpica en los pasados Juegos Olímpicos de
Río de Janeiro, Mónica Puig en tres mangas y posteriormente a la eslovaca Kristina Kucova.
Con el agua al cuello y obligada a dar mucho más de ella misma, Radwanska apretó los dientes e incrementó su nivel
de juego, además de cambiar su estrategia. En el primer set, abusó en
exceso de jugar demasiado sobre el revés de Bacsinsky, algo que la suiza
no dudó en aprovechar.
En el segundo, eso cambió y Radwanska decidió cambiar y usar más la derecha de su rival,
algo que daría sus frutos. Tras llevar a cabo esta nueva táctica, y
también cierto desgaste físico por parte de la de Laussana, la polaca
encontró muy pronto la ventaja del break, una ventaja que sería capaz de mantener, aunque sufriría por algunos momentos.
La tenista suiza regresó a pista con un vendaje en su pierna izquierda debido a molestias en esa zona del muslo. Su movilidad dejó de ser tan explosiva y eléctrica, lo cuál supo manejar bien Radwanska para jugar a las "cuatro esquinas" con la de Laussana, además de combinar muy bien el juego de fondo con el uso del cortado, para así acabar desquiciando a una Bacsinszky a la que no le salía nada.
El siempre duro rosco se palpaba sobre la catedral del tenis, pero Bacsinszky consiguió evitarlo para darle unos cuantos más de minutos a un encuentro que ya agonizaba. Finalmente, tras poco más de dos horas de duración, Agnieszka Radwanska culminó una remontada brillante ante Timea Bacsinszky para colarse en los octavos de final de Wimbledon y alcanzar así la segunda semana del tercer Grand Slam del año donde se enfrentará a la rusa Svetlana Kuznetsova en otro choque que promete dar emociones fuertes. El resultado final fue de 3-6 6-4 y 6-0.
En otro duelo la española Garbine Muguruza se ganó el derecho a soñar en esta edición de Wimbledon.
La hispano-venezolana, de 23 años, competirá entre las ocho mejores del
torneo a partir de la próxima semana después de derrotar a la rumana
Sorana Cirstea por un doble 6-2, en poco más de una hora (1h 10). Va
alzando el vuelo Muguruza, que volvió a dejar un sabor inmejorable.
No cedió ni una sola vez el servicio y desembarcó en los octavos del major
británico con su mejor cartilla de rendimiento, porque la anterior vez
que llegó a esta cota (2015) Angelique Kerber y Mirjana Lucic-Baroni le
birlaron un par de sets. Ahora, tres triunfos, a cada cual más
convincente y más sólido, y ninguna manga entregada por el camino. Ya en
la segunda semana, le espera un hueso: la número uno, Kerber (4-6, 7-6 y
6-4 a Shelby Rogers). Subcampeona el año pasado, pero no demasiado
inspirada este, supondrá un reto de máxima. En cualquier caso, sabe
Garbiñe que por encima de todo su éxito pasa por ella misma. La llave la
tiene ella.
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