Dejada a dejada intentó Paire romper el ritmo de peloteo de Rafa Nadal, que no cogió la velocidad de crucero que gusta en sus encuentros. El manacorense solventó un escollo incómodo (6-3 y 6-4).
Esa fue la partitura que interpretó el tenista de Avignon durante todo el partido para que Nadal no entrase en juego en ningún momento. Demasiados viajes a la red tuvo que emprender el manacorense para responder a las dejadas del francés, que sorprendía una y otra vez a Rafa, al que le incomodaba tanto cambio de ritmo.
Tres, cuatro tiros, como mucho cinco, en cada peloteo que impedían que Rafa pudiera hacer su tenis de desgaste desde el fondo de pista. Dio igual. Rafa cimentó su victoria en la fiabilidad de su primer servicio (79% de saques puestos en juego) y en aprovechar las oportunidades de rotura que heredase de los fallos del francés. Paire le concedió cinco y fue a la quinta cuando el manacorense, con uno de los puntos de la 'factoría nadaliana', tendió los puentes para cerrar la primera manga.
No se rindió Paire que, al igual que hace unos días en el Conde Godó, le complicó el estreno de Nadal en Madrid. La raqueta 37 del mundo fue creciendo en juego y en seguridad durante el segundo set. Llegó a disfrutar de una bola de break que pudo haber cambiado el destino del partido. Nadal seguía sin coger ritmo de partido y el francés le hería con sus dejadas, que las canjeó por cinco bolas ganadoras. Durante ese punto de 'break', Paire lo veía hecho hasta que Nadal volvió a ejecutar otro de sus golpes increíbles para desbaratar las ilusiones del de Avignon. «No sé ni cómo lo gané», explicó en los micros de 'LaSexta', después del partido.
Paire se cubría su 'drive', entraba de revés a las bolas y Nadal le castigaba su derecha, siempre y cuando el francés le diera la oportunidad de jugar más de cuatro tiros por puntos. Nunca se dio por vencido Paire que, a pesar de que Nadal certificara el 'break point', lo volvió a intentar en el último juego de partido. Y ahí, Rafa se agarró a la pista para cerrar su presentación con éxito a pesar de ganar sin el ritmo deseado.
Marca.com
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