En sus ocho enfrentamientos anteriores, Feliciano López sólo había ganado dos veces a Rafael Nadal. La primera vez, en 2003, el mallorquín sólo tenía 16 años y aun así consiguió ganar un set y forzar el 'tie-break' en el tercero. La victoria más importante de 'Feli' contra su compatriota fue la de 2010 sobre la hierba de Queens, una superficie en la que el toledano se siente cómodo.
Con estos antecedentes y con la enorme distancia que separa a ambos tenistas, uno al frente del ránking mundial y el otro en el puesto número 41, la misión de Feliciano en el Masters 1000 de Miami se antojaba complicada. Así que ocurrió lo previsible. Ganó Nadal y perdió Feliciano por séptima vez.
Nadal se deshizo de su amigo por 6-3, 6-3 en una hora y cuarto y se enfrentará en octavos contra el vencedor del partido entre el ucraniano Alexandr Dolgopolov y el francés Jo-Wilfried Tsonga, decimoquinto cabeza de serie.
Feliciano, que empezó al saque, se apoyó en su poderoso servicio (7 'aces' por sólo uno de Nadal) y aguantó bien hasta el sexto juego. En el séptimo encajó el primer 'break' y en el noveno entregó el set con otra ruptura en contra.
El segundo set fue parecido al primero, aunque se acentuó el dominio de Nadal en casi todas las facetas del juego. Prueba de ello es que su saque no peligró ni una sola vez y el servicio de Feliciano fue perdiendo potencia a medida que se acercaba el desenlace. Al final opuso menos resistencia que el japonés Kei Nishikori en la segunda ronda.
Los caminos de Nadal y Federer están cada vez más cerca y, si resuelven con éxito sus dos próximos compromisos, podrían cruzarse en las semifinales del torneo de Miami, que está considerado el 'quinto grande' de la temporada.
Daniel G Lifona.
el Mundo.es
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