Los tenistas latinos desaparecieron del Abierto Sony Ericsson, pero el último aliento fue una muestra de pundonor y tesón, y sobre todo, de profesionalismo.
Un exhausto Juan Martín del Potro batalló contra la humedad de sauna y contra un eficiente Mardy Fish, pero al final le faltaron las fuerzas y cayó 7-5, 7-6 (5), y así borrar el último rastro latino que quedaba en el Abierto Sony Ericsson de Key Biscayne.
Fue un revés complicado para la Torre de Tandil que llegó incluso a tener cinco oportunidades de quiebre en el primer set, y que no pudo concretar.
“Es difícil para mí (decir cómo me siento) porque acabo de perder un partido, bien, bien difícil… el sabor feo de perder lo tengo en este momento”, apuntó Del Potro, quien a su llegada al torneo había dicho que se dedicaría a tomar descanso por unas semanas luego del trajín que ha tenido en su vuelta al circuito.
De acuerdo con los datos de la ATP, el argentino ha sido uno de los tenistas que más partidos ha realizado este año –lleva 25 juegos- una cantidad muy superior de la que esperaba a estas alturas de la temporada debido a que está usando estos primeros meses del año para ponerse a tono luego de perder casi todo el 2010 por una operación en la muñeca derecha.
“Creo que estoy haciéndolo mejor de lo esperado. Hasta yo mismo estoy sorprendido”, apuntó Del Potro, cuyo accionar en Key Biscayne le permitirá subir hasta alrededor del puesto 45 del ránking luego de que en febrero estuviera en el 484.
Ante Fish, Del Potro lo hizo bien, sólo que el estadounidense lo hizo mejor.
Armado con una gran paciencia, y en mejor condición física, Fish estableció su línea de ataque con un servicio dominante –que incluyó 10 ases y un porcentaje de efectividad de 84% de puntos ganados en su primer saque- para derruir las opciones de último sobreviviente de la armada albiceleste.
“Mardy jugó mejor que yo. Me contenta por él que haya ganado”, señaló Delpo, quien mantiene una buena amistad al estadounidense, tal como lo refrendó el largo abrazo que se dieron al concluir el encuentro.
Por ahora Del Potro no tiene el arresto físico para afrontar los largos duelos contra los mejores del circuito. Y él, más que nadie, lo tiene claro.
“Quiero sentirme de igual a igual con todos y espero que de aquí a un par de meses lo pueda hacer”, apuntó el jugador de 22 años.
Y lo que exhibió en Key Biscayne da para pensar que su retorno a la élite del circuito no está en el plano mitológico, y que está cerca –quizás antes del Abierto de Estados Unidos el objetivo al que enfoca- de dar un golpe contra uno de los gigantes del momento.
New Herald
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