Argentina no pierde una serie de primera ronda del Grupo Mundial desde 2001, año de su regreso a la categoría después de diez años de ausencia. La última derrota en polvo de ladrillo se remonta al repechaje en 1998, cuando un inspirado Dominik Hrbaty lideró a los eslovacos a la victoria en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.
Inaugurado en 2006, el Parque Roca se mantiene como el escenario ideal de los argentinos, ya que no conocen la derrota en esta cancha. En la final de 2008, Argentina eligió superficie rápida del Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata para recibir a España, y los visitantes se quedaron con la victoria gracias a la formidable tarea de Feliciano López y Fernando Verdasco.
El equipo que capitanea Modesto Tito Vázquez jugará la próxima ronda en Buenos Aires, frente a República Checa o Kazajstán. Los checos llegan al domingo con ventaja de 2-1.
La victoria se cimentó en el resultado conseguido por el dobles más los individuales ganados el viernes. En el primer turno, David Nalbandian superó a Adrian Ungur por 6-3, 6-2, 5-7 y 6-4. Por su parte, Juan Mónaco consiguió vencer a Victor Hanescu 7-6 (7-5), 1-6, 6-1 y 6-1.
Un dobles atípico
La misión de la pareja argentina era recargar el juego sobre Hanescu, que además de no ser el especialista en dobles de la dupla rumana, llegaba cansado y con el ánimo en baja tras la derrota en el punto clave del segundo single ante Mónaco.
La formación argentina no es la clásica del doble: Chela juega desde el fondo, aprovecha la potencia de sus tiros y prueba vencer la resistencia de sus rivales en la red. Schwank es una especie de líbero: visita la red con mayor frecuencia que su compañero, sorprende en los cruces y se termina luciendo en la definición de los puntos.
Con esa estrategia, Chela y Schwank alcanzaron las semifinales de Wimbledon, instancia en la que habían perdido ante Tecau y el sueco Robin Lindstedt. También de esa forma, lograron ayer el punto ante Argentina gracias a un segundo set clave.
En ese momento, levantaron dos veces un quiebre en contra (en ambas perdieron el turno de Schwank y recuperaron sobre Tecau) y necesitaron seis set points para vencer la resistencia de los rumanos en la red.
Favorecidos por la lentitud de la cancha, los servicios y las voleas de los visitantes sucumbían ante las devoluciones y passing shots de los argentinos. En el tercer parcial, el quiebre en el primer juego terminó por desmoralizar a Hanescu y Tecau, mientras que del otro lado de la red se sucedían los choques de manos.
Un capitán contento, otro sin excusas
Modesto Tito Vázquez analizó la performance del extraño dobles que conforman Chela y Schwank. “Por más que uno tenga la conciencia de una formación más tradicional, porque yo soy de otra época, hay que adaptarse a lo que hacen ellos. Chela la tenía atada, perdió muy pocos tiros y pone una presión extra en la volea. Schwank es más polifuncional y, como le dije ayer, tiene bastante fortuna: ha jugado con esta cuatro copas seguidas; hay gente que en 10 años no puede jugar dos”.
Se trató del debut del roldanense Schwank como local en la Davis, tras las series disputadas en Suecia, Rusia y Francia el año pasado.
“Fue algo increíble, esperaba una sensación única y realmente fue así. Jugar con tanta gente a favor, eso nunca se siente en el circuito”, contó Schwank sobre el aliento de 13.000 personas, que soportaron el intenso calor del verano porteño y vibraron con el típico cantito “Argentina es un sentimiento, no puedo parar”.
“Argentina hizo todo bien, plantearon el partido de la manera correcta. No tengo nada que decir sobre el desempeño de mi equipo, ellos nos superaron y son justos ganadores”, indicó Andrei Pavel, capitán visitante.
Este domingo, se jugarán los singles sin incidencia en la serie, y Vázquez elegirá dos singlistas del trío que conforman Schwank, Chela y Juan Mónaco. Pavel presentaría a Victor Crivoi y Adrian Ungur.
Por Jorge Viale
Daviscup.com
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