lunes, 30 de enero de 2017

Lecciones de Australia 2017: La veteranía se impuso

El Open de Australia 2017 ha sido uno de los más memorables y sorprendentes de los últimos años. Los títulos de Roger Federer y Serena Williams, el Grand Slam número 18 del suizo y el número 23 para la estadounidense, han reivindicado a una generación que muchos creían más cercana al adiós que al éxito.

Rafa Nadal y Venus Williams completaron dos finales 'vintage' y, pese a sus derrotas, ambos salen tremendamente reforzados de Melbourne con vistas a una temporada que no ha hecho más que empezar.



En la competición masculina también hay que destacar el paso adelante que ha dado el búlgaro Grigor Dimitrov mientras que las decepciones corrieron a cargo de Andy Murray, número uno mundial, y Novak Djokovic, seis veces campeón en el primer 'grande' del año y defensor del título.

En cuanto a la competición femenina, pobre rendimiento de las primeras raquetas del circuito: Angelique Kerber cedió su número uno, que ha ostentado apenas cuatro meses; Agnieszka Radwanska y Simona Halep caían muy pronto y seguía su camino Garbiñe Muguruza ante una de las revelaciones de este 2017: la estadounidense CoCo Vandeweghe. El resurgimiento de la croata Mirjana Lucic, otro momento destacado.

FEDERER NO ESTÁ ACABADO...

Roger ha protagonizado uno de los resurgimientos más memorables de su ya extraordinaria carrera. Casi seis años después de su último título de Grand Slam (Wimbledon 2012) el suizo aumentó su récord a 18.

Y lo hizo con 35 años, después de seis meses sin competir por una lesión de rodilla y en su primer torneo de la temporada. Además, exhibiendo un tenis exquisito y dejando en el camino a cuatro 'top 10': Berdych, Nishikori, Wawrinka y Nadal.

A Rafa, su némesis, no le había derrotado en una final de Grand Slam en diez años: Wimbledon 2007.

La felicitación de su mujer, Mirka, tras el triunfo, ha sido una de las imágenes más buscadas en las redes por los aficionados. No son muy dados a estas muestras públicas de cariño...

... Y NADAL, TAMPOCO 

Al igual que Federer, también Rafa Nadal se ha reivindicado en este Open de Australia. El balear, que también venía de una lesión, que también había sido dado por sentenciado, volvía a una final de Grand Slam casi tres años después de la última (Roland Garros 2014).

No pudo levantar el título pero ha recuperado sus mejores sensaciones y su confianza y está mostrando un tenis más agresivo que en el pasado, su enésima reinvención. El nivel de juego mostrado en estas dos semanas de competición hace soñar con que él también podrá seguir engordando su nómina de Grand Slams (14). ¿Por qué no una décima corona en Roland Garros?

Nadal se marchó de Melbourne, siendo el autor del punto del torneo y pensando con optimismo en la temporada de tierra batida de la próxima primavera. Si llega en forma, puede ser un gran año...

EL 'PINCHAZO' DE NOVAK DJOKOVIC

Tras ganar Roland Garros en junio pasado, el serbio fue a la baja. Víctima de una crisis de motivación y de problemas personales, perdía el número uno en la recta final de la temporada y decidía poner fin a su colaboración con Boris Becker.

Su victoria en Doha frente a Andy Murray, con la que abrió la campaña de 2017, hacía pensar que todo eso estaba superado, que volvía por sus fueros...

Pero Djokovic sigue con dudas. Muchas dudas. No es ese tenista intratable en el que había llegado a convertirse. Y eso lo aprovechó el uzbeko Denis Istomin, número 117 del mundo, para derrotar al defensor del título, seis veces campeón en Australia.

Necesita reaccionar, y pronto, 'Nole'. Tendrá una buena oportunidad en los Masters 1000 de Indian Wells y Miami.

MURRAY TAMPOCO CONVENCE

Andy Murray está pagando ahora el esfuerzo por alcanzar el número uno mundial a finales de 2016. La pugna que, presumiblemente, mantendría con Djokovic en Melbourne por esa posición centraba todas las miradas... pero la batalla acabó muy pronto.

Acompañó al serbio en el camino de la derrota. Sorprendido por un Zverev, pero el mayor, Mischa, no el pequeño, Alexander, llamado a ser número uno del mundo. Un jugador lastrado por las lesiones durante toda su carrera, atípico, fiel exponente del juego de saque-volea y, el más inusual, de resto-volea. Asfixió al escocés y le dejó sin respuestas... y sin título.

Una corona que se le ha resistido en cinco ocasiones. En 2017 parecía que tenía una buena oportunidad de cambiar esa estadística. Ahora necesita, como Novak, cambiar su dinámica en la próxima gira en pista dura.

LA CONFIRMACIÓN DE GRIGOR DIMITROV

El tenista búlgaro, dotado de un enorme talento, ha logrado, al fin, que todas las piezas encajen. El sensacional partido de semifinales ante Nadal catapulta a Grigor como uno de los posibles aspirantes a desbancar a la generación de oro del tenis masculino.

Grigor se sitúa a las puertas del 'top 10', condición de la que ya disfrutó del 7 de julio al 20 de octubre de 2014, siendo su mejor ranking el número ocho que alcanzó el 4 de agosto de ese año.

SERENA, A POR EL RÉCORD ABSOLUTO

La menor de las Williams persigue un reto: convertirse en la tenista con más títulos de Grand Slam de la historia. En Melbourne, con su Grand Slam número 23, ya es la tenista en activo (hombre o mujer) con más 'grandes'. También es la que ha logrado más triunfos (316) en esas citas.



El próximo objetivo: los 24 de la australiana Margaret Court, testigo directo en la Rod Laver Arena de la victoria de Serena sobre su hermana Venus en la final.

Un triunfo, además, que devuelve a Serena el número uno mundial que perdió en septiembre pasado. Ella sigue siendo la reina. Ella sigue mandando... y a sus 35 años no podemos por menos que quitarnos el sombrero.

Además, fue la presentación en sociedad de su prometido, el fundador de Reddit, Alexis Ohanian. Por primera vez le vimos en el palco de la jugadora, celebrando sus victorias.


VENUS VUELVE CASI NUEVE AÑOS DESPUÉS

Al igual que Federer y Nadal, Venus parecía haber desaparecido de las apuestas. Pero en Melbourne, casi ocho años después de su última presencia en una final de Grand Slam (Wimbledon 2009), volvía a luchar por un título.

Y en territorio 'enemigo'. Porque Melbourne no fue jamás favorable a los intereses de la mayor de las Williams. Nunca ganó allí. Tampoco esta vez pero Venus supo aprovechar un cuadro que se fue abriendo más y más a medida que pasaban las rondas. A sus 36 años volvió a sentirse competitiva. ¡Bien por ella!

VANDEWEGHE Y LUCIC, LAS SORPRESAS

La estadounidense CoCo Vandeweghe y la croata Mirjana Lucic fueron las sorpresas en el Grand Slam, por tradición, más imprevisible.


Vandeweghe, de 25 años, fue la semifinalista más joven de este Open de Australia. Sus victorias sobre la alemana Angelique Kerber y sobre la hispano venezolana Garbiñe Muguruza la avalaron para una ronda que, para ella, era nueva.

No sucedía lo mismo con Lucic, semifinalista en Wimbledon con 17 años. Una de esas niñas prodigio que estuvo a punto de perderse por culpa de un padre desaprensivo y maltratador. Mirjana vivió escondida con su madre y sus cuatro hermanos durante años. Tenía miedo.

Decidió darse una segunda oportunidad, volvió a empezar desde abajo y ahora, con 34 años, el tenis le devolvió los honores.

KERBER, RADWANSKA Y HALEP, LAS DECEPCIONES

Angelique Kerber no pudo defender su título ni su número uno mundial. La alemana, lejos de su mejor momento, siguiendo la dinámica de final de temporada, no pudo superar los octavos de final en Melbourne Park. Llegó ya con una solitaria victoria en dos torneos y eso lo aprovechó Vandeweghe para llevarse el gato al agua.

Mientras, la polaca Agnieszka Radwanska era víctima de Lucic en segunda ronda. Seguirá siendo la jugadora con mejor ranking y mejor tenis que no haya ganado todavía un 'grande'.

La rumana Simona Halep no le va a la zaga. Sigue sin dar el zarpazo definitivo. Ni siquiera superó su debut ante la estadounidense Shelby Rogers, número 52 del mundo.

Neus Yerro
Sport

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