EFE PARÍS -- "Ser padre es ser el número uno", ha afirmado este lunes el serbio Novak Djokovic, que estrena su paternidad defendiendo el título de París-Bercy, el último Masters 1000 del año, y con su primer puesto del ránking amenazado por el suizo Roger Federer.
"Ser padre fue lo más bonito que me ha pasado en mi vida. Pero no creo que afecte a mi carrera tenística", ha asegurado el jugador de 27 años, que se ha separado por primera vez de su hijo, que nació la semana pasada en Mónaco, y que ha aterrizado en París este sábado en busca de su sexto título del año.
"Hemos esperado este hijo 9 meses, se ha hecho largo. Pero no me ha distraído de mi carrera y de mi tenis. Estaba impaciente por ser padre, de vivir este momento feliz juntos. Afortunadamente estaba allí cuando nació y no me ha cambiado el programa", ha señalado.
"Ser padre es para mi ahora ser el número uno", ha agregado, aunque ha reconocido también el aliento de un Federer, padre de dos parejas de gemelos, en plena progresión, con sus recientes triunfos en Shanghai y Basilea. "Está jugando un gran tenis, quizá el mejor de su carrera. El año pasado no fue muy bueno para él, fue el peor de su carrera, tuvo alguna derrota inesperada, pero ha vuelto con una gran fuerza. La edad (Federer tiene 33 años) no tiene importancia, juega su mejor tenis", ha indicado Djokovic.
El helvético comenzó en la segunda parte de la temporada una persecución del serbio con el objetivo de acabar el año en la cúspide de la clasificación por sexta vez en su carrera, tras haberlo hecho en 2004, 2005, 2006, 2007 y 2009, e igualar así el récord del estadounidense Pete Sampras, que acabó como número uno las temporadas entre 1993 y 1998.
"Está muy motivado para ser número uno y yo tengo muchos puntos que defender en este final de temporada. Pero el año pasado demostré que puedo jugar bien aquí y en Londres, así que voy a pelear", ha comentado. Además de la perspectiva del número uno, Federer tiene en este cargado final de temporada la final de la Copa Davis, que le medirá contra Francia y que es uno de los pocos trofeos que faltan en su palmarés.
Pero Djokovic no cree que ese torneo desvíe la atención del suizo. "Creo que peleará por ser el número uno. Los dos estamos jugando bien, será un bonito desafío", ha afirmado este lunes. Con una ventaja de 510 puntos en la clasificación, Djokovic debe seguir los pasos del año pasado, cuando acabó a lo grande la temporada con las victorias en París y en el torneo de Maestros de Londres, que reúne a los 8 mejores del año. "Trataré de repetir lo del año pasado, aunque sé que no será fácil. Fue maravilloso. Pero me exijo mucho, me pongo metas muy altas. Todos queremos terminar bien la temporada", ha comentado.
Su primer obstáculo en París será el correoso germano Philipp Kohlschreiber, verdugo en su debut en Bercy del francés Edouard Roger-Vasselin, invitado por los organizadores, por 6-3, 6-1. "Es un jugador muy experimentado y capaz de adaptarse a cualquier pista. La cubierta le va mejor que a mi. Recuerdo nuestro último duelo en el Abierto de Estados Unidos, fue muy difícil. No creo que sea un partido fácil", ha dicho el serbio, que ha ganado al germano en cinco de las seis veces que lo ha afrontado.
Por el momento, Djokovic ya copia a Federer en su vida familiar y, como hace el suizo, quiere que su familia le acompañe en los torneos. "Es importante poder ver como mi hijo crece, participar en su infancia. Pero reconozco que la vida de un tenista no es sencilla con un niño, hay muchos viajes, muchos hoteles, no es fácil tener una rutina", ha señalado. "Si Roger lo logra yo también puedo intentarlo. Hay otros tenistas que son padres. Voy a preguntarles para apoyarme en su experiencia".
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