BUENOS AIRES -- Otra vez vez a prueba. Otra vez cumplió. Juan Martín del Potro, décimo del ránking mundial, no le dio ninguna chance a un exhausto Marin Cilic (23º) y le ganó por un contundente 6-1, 6-2 y 6-1 en dos horas y 19 minutos. para darle a Argentina el tercer punto y la victoria definitiva ante Croacia en la serie de cuartos de final de la Copa Davis que se jugó en el Parque Roca de esta ciudad.
De esa forma, Argentina se clasificó a las semifinales de este torneo por equipos, que jugará otra vez como local ante República Checa, del 14 al 16 de septiembre. Los checos llegaron a esta instancia luego de eliminar a Serbia.
Con conocimiento de que Cilic llegaba a este encuentro tras jugar 10 horas de tenis entre viernes y sábado, el tandilense entró a la cancha del estadio Mary Terán de Weiss con la intención de no dejarlo respirar desde el primer minuto.
Y logró su cometido. Porque ya en el game inicial aprovechó la primera chance de quiebre que generó y se quedó con el servicio del croata que, tal como se preveía, lucía algo oxidado en sus traslados laterales.
A Del Potro no le importó mucho. Muy enfocado, ganó los siguientes cuatro games de manera consecutiva, con dos roturas de saque más en su haber. Fue una locomotora. Y Cilic, el peatón que la ve pasar.
Recién en el sexto juego el croata pudo pegar algunos golpes limpios. En parte por mérito propio, en parte porque el local se relajó un poco, logró su primer y único quiebre de saque del partido. No le valió de mucho. Porque en el siguiente juego el tandilense le devolvió la moneda y se quedó con su servicio por cuarta ocasión para sellar el primer parcial por 6-1.
A todo esto, el hombre del bombo con platillo incluido de la tribuna seguía incansable. En todos y cada uno de los entrepuntos era quien comenzaba la arenga para que el resto del público -unas 14 mil personas en total, porque había unos pocos asientos vacíos- se enganchara con las canciones de cancha.
"Ooohhhh, Argentina, es un sentimiento, no puedo paraaaaar, olé, olé, olé..." fue el primer y más repetido hit en las gradas, con el bombo incansable y un redoblante que acompañaba, todo en el mismo sector de las tribunas, enfrente de la silla del umpire.
Pese a que seguía sumando horas en cancha sobre su físico, a Cilic se lo vio mejor en el comienzo del segundo parcial que en todo el primero. Pudo conservar su saque por primera vez en el encuentro, en el segundo game. Se movía mejor y comenzó a soltar el brazo, todo con la intención de probar si Del Potro no se había relajado demasiado.
Pero el argentino demostró rápidamente que seguía prendido. Sereno con el servicio, mantuvo en los dos primeros turnos y su oportunidad le llegó. Fue en cuarto juego, cuando generó dos chances de quiebre y aprovechó la primera. 3-1 arriba, se llevó su game de saque en cero y terminó de encaminar el parcial. Fue 6-2 gracias a un nueva rotura en el octavo game.
Todo perfecto. Con esa mentalidad salió al tercer set. Pese a las especulaciones de un posible retiro, Cilic -muy digno- volvió a la cancha.
Siempre con gran solidez en su servicio, Juan Martín volvió a machacar sobre el de Cilic. Con quiebres en el segundo y séptimo juego, puso sobre ruedas el partido y la victoria.
Como siempre, miró hacia el cielo y gritó "¡Vamooooos!". Después miró a ese sector de la tribuna que se había movido durante todo el encuentro y batió brazos hacia arriba.
Había dado el presente cuando más se lo necesitó.
ESPN
Por Eugenio Martínez Ruhl
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