Una prueba de madurez creciente en las primeras posiciones del circuito. Eso demostró Lucas Pouille este domingo para proclamarse campeón de la edición inaugural del Gazprom Hungarian Open de Budapest. El francés, primer cabeza de serie, logró hacer valer su condición de principal favorito para imponerse por 6-3, 6-1 al británico Aljaz Bedene en 64 minutos de juego y levantar su segundo título individual del ATP World Tour.
En la segunda final sobre tierra batida de su carrera (p. Bucarest 2016 ante Verdasco), Pouille compitió con el convencimiento necesario para tocar la copa en la superficie más lenta del circuito.
Su contundencia con primer servicio (85% de puntos ganados) y su mordiente permanente en la devolución (hasta cinco y 11 oportunidades de quiebre generadas) fueron claves para tomar la final y mantener un balance impecable (2-0) en el FedEx ATP Head2Head ante Bedene, al que ya había derrotado bajo la cubierta de Marsella esta temporada.
El triunfo de Pouille fue, también, una prueba evidente de su capacidad de reacción, pasando de salvar dos pelotas de partido en su primer encuentro ante Vesely a no ceder un set en las siguientes tres rondas camino de la copa.
El galo, que competía esta semana en la mejor posición de su carrera como No. 14 del Emirates ATP Rankings, dio un paso al frente en su candidatura al Top 10 del circuito individual, que ahora deja a menos de 300 unidades de distancia. Con 17 victorias en los 25 primeros encuentros de la temporada 2017, el mejor inicio de su curso de trayectoria deportiva, Pouille sigue dibujando una carrera prometedora con 23 años.
ATP
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