Luego, fue el propio jugador el que amplió la noticia, una vez más, a través de su cuenta de Twitter: "Con mucha tristeza, debo anunciar que aún no me encuentro en condiciones de jugar. Muchas gracias a mis fans por su ánimo".
El N° 3 del mundo no logra recuperarse de una lesión en el tendón de la rodilla izquierda y ya había advertido que su ausencia en Flushing Meadows era una posibilidad. Así, el público neoyorquino se quedará sin la posibilidad de ver al campeón de 2010 y quien, de 2008 en adelante, había accedido siempre, como mínimo, a las semifinales.
"Es una lástima porque siempre me encontré con un público entregado y apoyando, pero tengo que seguir mi recuperación y preparación para estar en condiciones de competir con garantías. Un saludo a todos los fans y en particular a los neoyorquinos. Os echaré de menos este año", agregó.
Nadal no jugó ningún partido desde el 28 de junio, cuando el sorpresivo checo Lukas Rosol, 100º en el escalafón mundial, lo eliminó en la segunda ronda en el All England Club. Poco después de esa derrota, Nadal canceló un partido con fines de caridad ante Djokovic en España, debido a que tenía problemas en un tendón de la rodilla izquierda. El ibérico ya había tenido dolencias de rodilla en el pasado.
Tampoco participó en los Juegos Olímpicos de Londres, donde iba a portar la bandera de España en la ceremonia inaugural, decisión que significó la renuncia al título olímpico que ganó en Beijing 2008. El torneo en Flushing Meadows comienza el 27 de agosto.
La ausencia de Nadal deja un trío de amplios favoritos para ganar el último Grand Slam del año: el campeón Djokovic; el cinco veces ganador de dicho certamen y actual número uno del mundo, el suizo Roger Federer, y el británico Andy Murray, finalista del Abierto de Estados Unidos en 2008 y ganador de la medalla de oro en Londres al vencer a Federer en la final.
El retiro de Nadal, de 26 años, también genera interrogantes sobre su futuro. El aguerrido zurdo obtuvo 11 títulos de Grand Slam, incluidos siete en la arcilla del Abierto de Francia, pero su estilo tiene un duro impacto sobre su cuerpo, en especial sus rodillas.
En 2009 no acudió a Wimbledon debido a que le dolían las rodillas, apenas el segundo campeón varón en 35 años en no poder ir a intentar defender su título en el All England Club.
En contraste, Federer, de 31 años, disputó todos los Grand Slam desde el principio de 2000, con una racha de 51.
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