Youzhny, verdugo de Tommy Robredo en los octavos de final, sacó adelante un complicado partido, en el que siempre fue a remolque del jugador suizo, para alcanzar por segunda vez en su carrera las semifinales del torneo neoyorquino, que ya logró en 2006.
Cuatro horas de partido necesitó el moscovita para poder celebrar la victoria, con su habitual saludo militar, con un marcador de 3-6, 7-6(7), 3-6, 6-3 y 6-3.
El partido fue muy duro para los dos tenistas, sobre todo para un Wawrinka que desde su partido de tercera ronda con Andy Murray arrastra problemas en su rodilla izquierda, y que en octavos de final tuvo también un duelo a cinco sets con Sam Querrey.
Ambos tenistas comenzaron algo nerviosos, cediendo sus primeros servicios, pero poco a poco se metieron en el partido y ofrecieron un duelo equilibrado que se decantó a favor del suizo, quien aprovechó su segunda bola de rotura de servicio para apuntarse el set.
En la segunda manga, tras un inicio alocado, en el que cada tenista perdió en dos ocasiones su saque en los cinco primeros juegos, de nuevo predominó la igualdad y se llegó a la muerte súbita. Youznhy jugó mejor que su rival los últimos puntos, aunque necesitó cuatro bolas de set para igualar el partido.
Wawrinka no acusó el golpe y comenzó muy fuerte el tercer set con un 3-0 de salida, una renta que supo gestionar para tomar de nuevo ventaja en el partido, aunque en la cuarta manga, la historia se repitió pero con cambio de protagonista, ya que fue Youzhny el que se apuntó los tres primeros juegos.
El suizo, que necesitó en un par de ocasiones la presencia del fisioterapeuta para que le tratara su maltrecha pierna izquierda y le aplicara un aparatoso vendaje, no pudo recuperar su servicio y el partido se encaminó al quinto set.
La manga definitiva no pudo empezar mejor para el tenista moscovita que empezó dando primero y quebrando el saque de un Wawrinka cada vez menos cómodo en la pista, que tras recuperar su desventaja volvió a perder su servicio en el quinto.
La puntilla del partido llegó en el octavo juego, cuando el ruso rompió por tercera vez el servicio del suizo, que frustrado rompió su raqueta y se despidió de Nueva York.
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