MELBOURNE -- En plena cuenta regresiva hacia la temporada 2015, los organizadores del Abierto de Australia anunciaron una novedad en su política de calor extremo, normativa que monopolizó el debate en la primera semana del torneo durante este año y que generó la crítica de muchos protagonistas.
En la última versión del certamen, la temperatura superó los 40 grados por varios días (cuatro de ellos, consecutivos), pero el juego, en la mayoría de las situaciones, continuó.
"Es complicado competir en condiciones como estas. ¿Cuándo se debe parar? Nadie sabe realmente cuál es el límite, qué temperatura tiene que hacer para que se deje de jugar. Y a veces uno desearía saberlo porque si no depende en no sé bien quién, el umpire o un meteorólogo, y son muchas cuestiones que quedan en el aire y deberían ser resueltas", se quejaba por entonces Maria Sharapova, una de las más afectadas por las altas temperaturas.
En ese sentido se movió la organización, que este martes dio a conocer los nuevos parámetros que manejarán para aplicar o no la suspensión de los partidos: "La implementación de la política de calor extremo se tendrá en cuenta cuando la temperatura exceda los 40° y el índice WBGT [que contempla humedad, sensación térmica, dirección del viento] supere los 32.5", indicó Craig Tiley, CEO de Tennis Australia.
Aunque advirtió: "La política siempre quedará sujeta a criterio del árbitro del torneo. Él tomará la decisión final, en base al pronóstico extendido y al desarrollo del juego. Pero marcar las variables de antemano ayudará a jugadores y entrenadores a preparar los partidos".
En los casos en que efectivamente se aplique la interrupción de los encuentros, la misma se hará al término de un número par de games o bien, de un tiebreak.
ESPN
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