Hay pocos deportistas en el mundo para los que se hayan acabado los adjetivos y si David Nalbandian no está en ese círculo ya le falta poco. Lo que consiguió este domingo el argentino fue sencillamente memorable, jugando su segundo partido en tres meses, sin ritmo de competición, pero con el carácter ganador que es su marca registrada en la Copa Davis por BNP Paribas, en la que Argentina llegó a semifinales al vencer por 3-2 a Rusia en Moscú.
La jornada se había puesto peligrosa para Argentina. Nikolay Davydenko resucitó después de dos días horribles y llevó la eliminatoria al quinto punto al vencer a un digno Eduardo Schwank por 4-6, 6-3, 6-1 y 6-4. Otra vez como en Suecia, un Nalbandian sin 'feeling' de partidos definía la serie, pero en esta oportunidad no ante un doscientos y pico del mundo sino ante el 14 , Mikhail Youzhny. No le importó: lo aplastó 7-6 (7-5), 6-4 y 6-3.
"No pensé en ganar tan fácil. Aunque lo fue, pensé que iba a ser más duro", dijo el héroe, 153 del mundo mentiroso porque su categoría es la de un, al menos, Top 10. ¿Cómo se explica que después de haber jugado "pésimo" el viernes, según su criterio, y prácticamente sin competición haya tenido el nivel que mostró ante Youzhny? "Pasa por la motivación. A mí me encanta jugar esto y la presión que se vive, la atmósfera que hay es totalmente diferente a lo que es el circuito y por ahí es de ahí de donde saco la fuerza para hacerme más fuerte", explicó.
Como sucedió casi siempre desde que representa a Argentina en la Copa Davis, el cordobés fue el más elogiado por los rivales. "La clave (de la eliminatoria) fue que Nalbandian jugó muy bien", reconoció Shamil Tarpischev, el capitán ruso.
Davydenko se desquita y da vida a Rusia
Para que Nalbandian se haya confirmado por milésima vez como "un jugador copero", como recordó Modesto 'Tito' Vázquez, antes los locales tuvieron que igualar la serie. Lo hizo nada menos que Davydenko, un fantasma el viernes y el sábado pero renacido para la causa en el momento en el que más lo necesitaba su equipo.
Arrancó para que el fin de semana se candidateara para el peor de su vida. Schwank jugó un enorme primer set y quebró en el primer game del segundo parcial. Tuvo cinco pelotas para 2-0 el argentino, pero el seis del mundo logró zafar y, a partir de ahí, ya no hubo pique alto para poner de excusa y el rodaje ganado en los dos días anteriores le dio dividendos.
Lo ayudó que Schwank perdió físico, pero lo importante fue que el ruso empezó a encontrar los costados como suele hacer, su servicio se volvió más dañino y, al menos por un rato, dio serias esperanzas a los alrededor de 3.000 poco apasionados hinchas rusos de que remontar era posible.
""Estoy decepcionado por mi juego este fin de semana. Hoy no me sentí muy bien en el calentamiento pero mi confianza creció. Estoy feliz por el resultado, por estar 2-2", dijo Davydenko, que creía cuando Nalbandian y Youzhny todavía estaban igualados en el primer set que las probabilidades estaban "50 y 50".
El 'Rey David' exhibe su corona
La tensión en el Estadio Olímpico de Moscú se cortaba con una hoja de afeitar. Qué mejor escenario para que Nalbandian hiciera una aparición a la altura de sus cualidades, bien conocidas ya en la Copa Davis por BNP Paribas.
Como se dice en la jerga argentina, Nalbandian 'la rompió'. Sacó fantásticamente, devolvió mejor, pegó el revés maravillosamente bien, supo acelerar en los momentos claves y desquició a Youznhy, un tenista que venía en un gran nivel y que había agrandado su confianza el viernes ante Leonardo Mayer.
Ganó el tie-break del primer set y, en el segundo, cuando todo estaba parejo y un nuevo desempate aparecía en el horizonte, Nalbandian apretó, quebró para 5-4 y definió en cero con su saque para quedar a una sola manga de las semifinales.
En el tercero, sabiendo que el partido debía ser lo más corto posible porque el físico todavía no está para cinco sets intensos, rompió en el primer juego y condicionó a Youzhny, que se tensaba más a cada minuto. Hasta que en el 5-3, olió dudas en el saque del ruso y escribió un nuevo capítulo de su exitosa historia personal.
"Hoy David jugó brillante y demostró que es superior a Youzhny. Es una computadora, sabe todo lo que está sucediendo en la cancha", dijo, disfónico después de un día larguísimo, el capitán Vázquez.
Una vez más, Nalbandian lo hizo posible. Como en Suecia, acompañado por un grupo de jóvenes que suplen las pocas tablas con hambre y talento. Desde 1981 que Argentina no conseguía dos triunfos consecutivos como visitante. Lo hizo gracias al jugador más copero que dio Argentina después del mítico Guillermo Vilas. Simplemente, David Nalbandian.
Fuente: Davis Cup
Foto: Davis Cup
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