Una misión completada para el principal favorito. Andy Murray se ha proclamado campeón del China Open, un torneo inédito en su colección, tras imponerse por 6-4 7-6(2) al búlgaro Grigor Dimitrov en una hora y 57 minutos de partido. El británico, número 2 del Emirates ATP Rankings, hizo valer su condición de primer cabeza de serie para levantar sobre la pista china su quinta copa de la temporada y extendió su palmarés en el circuito profesional hasta los 40 cetros.
El triunfo del jugador de Dunblane supuso un mérito con varios significados: ofreció una demostración de autoridad (levantando el título sin ceder un set), volvió a la senda del triunfo (apretando por primera vez la mano desde que se colgara el oro olímpico) y recortó distancias con la cima (quedando a 1.555 puntos de Novak Djokovic por el primer puesto en la Emirates ATP Race To London).
En un partido de alta velocidad de pelota, Murray tiró de reflejos para frenar las intenciones de Dimitrov: pese a competir con un 49% de primeros servicio, el británico controló la situación, gobernó el 73% de los puntos abiertos con su primer golpe y únicamente fue quebrado cuando se disponía a servir para cerrar el encuentro (6-4 *5-4).
Su regularidad desde el fondo de pista, sin embargo, un arma para atemperar los ataques del búlgaro, le permitió cuestionar la creación de Dimitrov, que cedió más de la mitad de los puntos con su segundo saque. Pese a sobrevivir a una situación límite, y soñar con sorprender al británico como ya lograra en la segunda ronda del Miami Open, el búlgaro apenas consiguió arañar dos puntos en el desempate que daría la corona al jugador de Dunblane.
Un triunfo que permite a Murray ampliar distancias en el FedEx ATP Head2Head ante el de Haskovo, al que domina por 8-3 y al que ha derrotado en las dos finales del ATP World Tour que les han enfrentado (sumando la victoria pequinesa a la lograda durante la temporada 2013 en Brisbane).
ATP
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