Juan Martín del Potro entró descuadernado al Grandstand para disputar
por quinta vez una cuarta ronda del US Open. Con el ojo izquierdo
hinchado, señales claras de desvanecimiento, congestión y un poco de
fiebre. En el quinto juego del partido, cuando iba 0-5 en el marcador y
aún no conectaba ni un tiro ganador, recibió un analgésico del médico en
su visita durante el cambio de lado.
Pero no mejoró mucho más y estuvo a punto de abandonar. “Traté de
retirarme en el segundo set, no podía respirar, no podía moverme,
Dominic estaba dominando muy fácil”, aseguró el argentino de 28 años
luego de darle la vuelta a un partido que parecía sentenciado a favor
del austriaco, quien buscaba revancha tras abandonar en cuarta ronda del
US Open 2016 precisamente ante del Potro.
“Pero en ese momento vi a los aficionados esperando por más tenis,
esperando por buenas derechas y buenos servicios míos. Entonces tomé esa
buena energía para cambiar el camino, no abandoné y luché. Hice lo
correcto. Empecé a hacer todo bien desde el tercer set y la afición
disfrutó conmigo cada punto. Hubo una atmósfera increíble”.
Durante el transcurso, remontó un 2-5 en el cuarto set, salvó con dos
aces dos bolas de partido en el 5-6 del mismo parcial y, para
condimentar más el encuentro, selló la victoria al resto y con un ojo de
halcón. El público estalló de emoción y él les respondió en la
entrevista en la cancha: “El apoyo me sirvió para no abandonar. Muchas
gracias. Voy a recordar este partido para siempre”. Entonces hubo más
gritos.
Parecía un partido de Copa Davis en Buenos Aires. Pero desde hace un
tiempo el US Open es una casa más para del Potro. Y el público se lo
hace saber. “Creo que la gente ama mi esfuerzo por volver a jugar tenis
luego de todos los problemas con la muñeca. Les gusta alguien que no se
da por vencido. Pueden ver que mi revés no está bien del todo todavía,
pero sigo tratando. Creo que a la gente le gusta eso”.
Su próximo rival será nada menos que Roger Federer, con quien tiene
récord negativo de 5-16, pero a quien superó en cinco sets en el único
duelo en el US Open, en la final del 2009 que le otorgó al argentino su
único título de Grand Slam. “Lo admiro y todo el mundo lo ama”, aseguró
al respecto. “Será interesante volvernos a enfrentar ocho años después
en la cancha central”.
“Sé cómo tengo que jugar para ganar, pero veré cómo me siento
físicamente después de esta batalla contra uno de los mejores del
circuito. Me siento cansado y no podemos hacer magia. Espero poderme
recuperar más en el día de descanso para ver si puedo estar en buenas
condiciones ante Roger. Igual, siempre será un placer jugar contra el
mejor jugador de la historia”.
ATP
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