Por primera vez en su carrera, Feliciano López se proclamó vencedor
del Aegon Championships. El domingo, el español derrotó 4-6, 7-6(2) y
7-6(8) a Marin Cilic en una batalla de dos horas y 31 minutos de
duración en la que tuvo que salvar una bola de partido en el tie-break
decisivo.
Tras sobrevivir a los 22 aces del croata, López levantó el sexto
título de su carrera, el tercero sobre hierba tras ganar dos veces
Eastbourne (2013 y 2014).
Cilic, que se había impuesto al español en 5 de los 7 duelos entre
ambos (dos de ellos en Queen’s, en 2013 y 2016), hizo valor la potencia
de su saque durante el partido, arma que utilizó con solvencia en todos
los duelos previos. Precisamente, el servicio le ayudó a salir de la
única situación comprometida que tuvo en la primera manga, salvando un
punto de break que le habría permitido a López tomar ventaja en el
encuentro.
Tras abortar esa oportunidad de su contrario, Cilic siguió adelante,
rompió en blanco el saque del español y se anotó la primera manga, dando
un importante paso para hacerse con el título de campeón de Queen’s.
Feliciano, que la semana pasada había llegado a la final en Stuttgart
(perdió con Lucas Pouille), volvió a la lucha gracias a los pequeños
detalles. El español fue capaz de sobreponerse al golpe de perder la
primera manga llevándose la segunda en el desempate.
Así, con la inercia ganadora adquirida tras empatar el partido, López
llevó la iniciativa en el set decisivo, donde ambos oponentes se
abrieron paso gracias de la mano de sus saques, sin enfrentarse a
ninguna bola de rotura. En consecuencia, los dos llegaron con todo por
decidir al desempate final.
Allí, López y Cilic mantuvieron la igualdad hasta que el croata
dispuso de punto de partido (con 7-6) que su contrario anuló. Por su
parte, Feliciano necesitó hasta tres bolas de título para ganar el
trofeo en un increíble tira y afloja con el croata.
Al final de la tarde, López se marcho vencedor sin haberle roto el
saque a Cilic y tras ganar 8 puntos menos (97, por los 105 de su rival),
pero tras haber gobernado con mano de hierro los momentos importantes.
Eso le valió para llevarse una corona que se le había escapado en 2014, y
de forma agónica, ante Grigor Dimitrov.
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