La fe en un terreno más que conocido demostró Rafael Nadal este miércoles para firmar un estreno igualado en el Monte-Carlo Rolex Masters. El español, vigente campeón del torneo y nueve veces dueño de la copa, disputó el primer partido sobre tierra batida de la temporada con la voluntad de siempre, apartando por 6-0, 5-7, 6-3 en dos horas y 20 minutos al británico Kyle Edmund para situarse en los octavos de final del torneo.
En un duelo sin precedentes en el ATP World Tour, el tanteo para conocer al rival no fue el camino inicial tomado por Nadal, que remató a toda velocidad la manga de apertura. El español voló en la devolución (14 de 22 puntos ganados al resto) para anotarse en apenas 29 minutos los seis primeros juegos del encuentro, romper los tres primeros turnos de servicio de su rival e inclinar de su lado el partido.
Lejos de aceptar un encuentro fuera de su alcance, Edmund mantuvo la garra cuando todo parecía perdido. El británico levantó una rotura en el segundo parcial (1-2) hasta convertirle en ventaja (4-2) resistió cuando Nadal equilibró el marcador (4-4) y lanzó el partido a una manga definitiva.
Entonces, y con la experiencia en grandes batallas, Nadal cerró el encuentro montado en la devolución, ganando los últimos tres turnos al resto para superar el primer obstáculo de Montecarlo. Un arranque exigente para el nueve veces campeón antes de pensar en rondas más avanzadas.
Así, y tras poner el cuerpo a trabajar sobre tierra batida, un reto de alta exigencia en el horizonte: buscar los cuartos de final de Montecarlo ante el #NextGenATP alemán Alexander Zverev. Con un balance de 2-0 en el FedEx ATP Head2Head favorable al español, será el tercer capítulo de una rivalidad intensa tras los duelos de Indian Wells 2016 (Nadal salvó 1 MP) y Abierto de Australia 2017 (resuelto en cinco mangas).
ATP
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