Lo que parecía ser una ausencia clave, la de David Goffin (N°11 del mundo), fue contrarrestada por el enorme mando de Steve Darcis (58°),. El resultado: prácticamente una hazaña. El equipo belga de Copa Davis completó un histórico golpe en Alemania.
El camino lo abrió el viernes el propio Darcis, venciendo en tiebreak de quinto set a Philipp Kohlschreiber (29°).
El sábado, increíble esfuerzo de Ruben Bemelmans y Joris de Loore para bajar a los hermanos Alexander y Mischa Zverev.
La pareja belga parece hecha para la Davis: compuesta por jugadores que no superan el puesto 100 en singles y el 300 en dobles, ya venía de dar otro batacazo en los playoffs de 2016, ante los brasileños Bruno Soares y Marcelo Melo.
Pero faltaba el último impacto: este domingo, Darcis volvió a escena ante Alexander Zverev (22°) , que en lo que va del año ya había vencido a Roger Federer y había llevado al extremo a Rafael Nadal en Australia, y redondeó una de las victorias más importantes de su carrera.
Pieza clave también para alcanzar la histórica final de 2015, esta vez Darcis se impuso por 2-6, 6-4, 6-4 y 7-6 (8) en 3 horas y 2 minutos de juego, para trepar a cuartos de final a la espera de Italia o Argentina.
La experiencia del belga fue clave en los momentos críticos ante un Zverev que no pudo mantener la tranquilidad y fue superado por la presión que tenía encima ante su público y respaldado por su mejor ubicación en el ranking. Hoy se demostró que en la Copa Davis eso no cuenta.
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