Parece, la crónica de una sucesión anunciada. El escocés Andy Murray continúa su sólido camino a la cima del tenis mundial. En una semana de arduo trabajo, el actual número dos del mundo se quedó con el título del ATP 500 de Basilea.
Con un juego casi sin fisuras y apoyado en un sólido servicio Murray se impuso al francés Jo Wilfried Tsonga con parciales 6-3 7-6(6). El duelo tuvo una duración de 1 hora y 50 minutos de juego.
A lo largo del partido la efectividad del servicio fue clave para marcar diferencias. A diferencia de sus duelos previos el francés estuvo bastante vulnerable con el servicio, especialmente con el segundo (45% de efectividad) lo que originó que pasase por ocho posibilidades de ruptura y entregandolo en dos ocasiones. Una leve reacción en el segundo parcial le permitió recuperar un rápido quiebre de servicio y equiparar las acciones. La paridad del juego se mantuvo hasta la definición por tie break, donde Murray tomó una pequeña ventaja y cerró el encuentro.
Murray es el tercer británico en coronarse en el torneo, para lo cual se tuvo que esperar dieciséis años luego de que Greg Rusedski (1999) y Tim Hemman (2000) hicieran lo propio.
Con este resultado el escocés sigue recortando la ventaja que le lleva el serbio Novak Djokovic por la supremacía del tenis mundial. Situación que se debe definir la próxima semana en el Masters 1000 de París.
No hay comentarios:
Publicar un comentario