Federer se vistió de Federer en Wimbledon. La Centre Court es su territorio sagrado, un escenario que le ha mitificado y donde le han visto levantar hasta en siete ocasiones la corona de campeón. Aunque esta vez no celebró un título, la hierba londinense fue testigo de una nueva hazaña del suizo, que remontó un partido que perdía dos sets a cero y en el que tuvo que salvar 3 ‘match points’ en contra ante Marin Cilic.
Asfixiado por la inspiración del croata en el servicio (terminó con 23 aces), el número 3 del Emirates Ranking ATP dio la vuelta al duelo en tres horas y 17 minutos, que acabó ganando por 6-7(4), 4-6, 6-3, 7-6(9), 6-3 para colarse en las semifinales de un Grand Slam por 40ª vez en su carrera, el récord absoluto por delante de Jimmy Connors (31) y Novak Djokovic (30).
Además los paralelismos con el ex número uno estadounidense se mantienen en otros apartados de la estadística. Y es que Federer iguala a Connors con 84 victorias en Wimbledon, así como en el número de presencias en semifinales en el campeonato inglés (11). Eso sí, en el Abierto de Australia contempla una presencia en semifinales más que en el tercer grande del año (12).
La central de Wimbledon acogía frente a frente a dos de los tres campeones de Grand Slam que quedaban aún en liza en cuartos de final. Fue el suizo el primero en mover ficha. En el quinto juego forzó dos opciones de break, pero Cilic consiguió defenderlas para conservar su saque (3-2). Sólo fue un espejismo. El número 13 del mundo no volvería a sufrir con su servicio durante el set inicial.
Tanto fue así que si Federer presentó un 80% de puntos ganados con el primer saque, Cilic dejó el listón en un 95%. La manga se resolvió en un tie-break donde un parcial de 5-0 para el balcánico fue determinante para adjudicárselo 7-4.
La frescura de piernas de Cilic, su seguridad con el servicio y la capacidad para romper el saque cuando se presentó la oportunidad fueron claves para que el guión no cambiase tampoco en el segundo parcial. Además, el discípulo de Goran Ivanisevic se mostraba con confianza para subir a la red para cerrar los puntos (7-7). Así se aseguró el set (6-4).
Pero Federer reaccionó. En el octavo juego, después de levantar un 0-40 en el juego anterior, transformó su primera oportunidad de break en su cuarta oportunidad para adelantarse (3-5). Conservar el quiebre le permitió forzar un nuevo set.
La cuarta manga fue un pulso sin cuartel. Una guerra de desgaste. Las alternativas se sucedían y subió el nivel de agresividad en la pista. En esa ruleta del riesgo, tanto Cilic como Federer fueron intercambiándose opciones de break. Pero siempre el servicio se imponía al resto. El suizo tuvo que salvar incluso 2 bolas de partido para forzar el tie-break.
La tensión en el desempate desembocó en una cadena de errores no forzados. A una derecha al pasillo de Federer, le respondía un revés largo de Cilic (2-2). Así las opciones fueron pasando de un lado a otro de la pista hasta que el suizo aprovechó su quinta bola de set, defendiendo antes otro punto de partido para el croata (11-9).
El tercer cabeza de serie ya había tomado velocidad de crucero. Un nuevo break (2/9) en el octavo juego y un juego impecable con su servicio –que terminó con uno de sus 27 aces– completó la remontada.
Con esta victoria, Roger Federer ya es el jugador con más victorias en los Grand Slam (307), además de convertirse en el más veterano en la Era Open en alcanzar las semifinales de Wimbledon desde que en 1974 lo hiciera Ken Rosewall.
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