Una demostración de reflejos necesitó Novak Djokovic para acceder a los octavos de final de la Rogers Cup y volver a la senda ganadora. El serbio, que derrotó por 7-5 7-6 al luxemburgués Giller Muller en una hora y 27 minutos, volvió a la competición por primera vez desde la disputa de Wimbledon y subrayó su condición de principal cabeza de serie sobre la pista dura de Canadá.
El triunfo del serbio se construyó sobre una base preparada para el vendaval. Novak hizo frente a la potencia al servicio de su rival (hasta 11 aces llegó a conectar Muller), aprovechó cuando pudo para morder el segundo servicio del luxemburguës (castigando el 60% de esas acciones) y resistió con presión constante ante la adversidad (por dos veces vio anulada una ventaja en el segundo parcial, una de ellas sacando para ganar el partido).
El balcánico, tres veces campeón sobre la pista dura de Canadá (2007, 2011 2012) y vigente subcampeón del torneo, amplió su balance ganador en la temporada 2016, donde firma 47 victorias en 51 encuentros.
Así, y tras dejar atrás la amenaza del debut, el de Belgrado buscará reservar una plaza en los cuartos de final de Toronto ante el veterano Radek Stepanek, rodado desde la fase previa y verdugo (7-6(5) 6-4) del invitado local Peter Polansky en la jornada del miércoles.
El balcánico domina la rivalidad ante el checo con claridad (11-1) en el FedEx ATP Head2Head.
ATP
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