Imponente y con autoridad. Prácticamente sin fisuras en su juego. Así se ganó Novak Djokovic una nueva oportunidad para conquistar París. El serbio accedió a su cuarta final en Roland Garros –la tercera consecutiva– este viernes, tras superar en semifinales a Dominic Thiem por 6-2, 6-1, 6-4 en una hora y 48 minutos.
En la Suzanne-Lenglen no hubo lugar para la sorpresa, porque Djokovic desplegó su versión de número uno. Y, tal y como ha ocurrido durante toda la temporada, cuando el serbio despliega su mejor nivel, las posibilidades de tumbarle se reducen exponencialmente. Tanto que este curso presenta un espectacular 93,4% de éxito en 46 partidos. O lo que es lo mismo, 43 victorias.
El joven austriaco, una de las grandes sensaciones del torneo, pisaba por primera vez en su carrera las semifinales de un Grand Slam y le costó adaptarse al nuevo marco. Mucho más cómodo en este tipo de episodios, el de Belgrado no tardó en despegarse en el mercador. Un break inicial sirvió para dar un golpe de autoridad (3-0).
Una enorme lista de 20 errores no forzados sólo en la primera manga alejaron el set a Thiem. Por su parte, a Djokovic le bastó conservar su saque, ser agresivo en la red y convertir un nuevo quiebre para amarrar el primer parcial (6-2).
Nada cambió en la reanudación. La precipitación y los nervios que desprendía la raqueta del número 15 del Emirates Ranking ATP contrastaba con la solidez desde todas las facetas del juego del discípulo de Marian Vajda y Boris Becker. De nuevo, amenazó el servicio de Thiem en 4 ocasiones para transformar 2 de ellas (6-1).
La primera vez en todo el encuentro en la que Djokovic mostró síntomas de flaqueza, el de Wiener Neustadt encadenó tres juegos seguidos firmando su primer break (0-3). Pero sólo fue un espejismo. El serbio no sólo recuperó el terreno cedido, sino que reencontró su mejor versión de inmediato, enlazando cinco juegos seguidos.
Para entonces ya se había desatado el 'huracán Djokovic' y la respuesta de Thiem fue imposible. El austriaco tendrá que esperar para disputar su primera final de Grand Slam, aunque ya conoce el camino para lograr el objetivo. Por contra, Novak afrontará en la tierra batida francesa su final número 20 en un grande.
En el horizonte se atisba un sueño al que sólo han accedido a lo largo de la historia siete raquetas antes: completar el Grand Slam. Únicamente nombres en el Olimpo del tenis como Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal encadenan los cuatro grandes en su vitrina. Y Novak Djokovic peleará este domingo por ser el octavo.
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