La igualdad se mantiene al cierre de la jornada del viernes en la semifinal de Copa Davis que enfrenta a Gran Bretaña y Australia en el Glasgow Arena. Europeos y oceánicos, dos naciones que ansían levantar la Ensaladera desde hace años -desde 1936 esperan los primeros, desde 2003 aguantan el hambre los segundos-, competirán desde el equilibrio este sábado poniendo una importancia capital en el punto de dobles. Antes de ello, dos encuentros donde los número 1 de cada nación cumplieron su rol de referentes.
El marcaje del territorio como punto de partida en la eliminatoria. Andy Murray ejerció de líder del equipo de Gran Bretaña para situar el 1-0 ante Australia en las semifinales de Glasgow. El número 3 del Emirates ATP Rankings, referente en la serie, frenó las intenciones de Thanasi Kokkinakis desbordando al joven aussie con autoridad (6-3 6-0 6-3), empleando apenas una hora y 47 en el esfuerzo y colocando un paso más cerca el sueño británico: alcanzar la primera final de Copa Davis desde 1978. Todo un viaje en el tiempo situado ya a dos partidos de distancia.
El de Dunblane, que compitió a unos kilómetros de su ciudad natal, domó el estreno con calma y asumiendo los galones como número 1 local. En una solvente actuación al servicio, conectando hasta 10 aces, elevando al 93% su efectividad con primer saque y sin conceder una opción de rotura en tres mangas, logró desconectar la devolución del australiano. Al resto, donde figura como una referencia en el circuito, arrebató hasta en seis ocasiones el saque de su rival, llegando a ganar más de la mitad de los puntos (53%) cuando Kokkinakis puso la pelota en juego.
El marcador, un ejercicio de solvencia en un ambiente favorable, sirvió para sustentar la fiabilidad del jugador escocés, capaz de acumular ya un balance sólido de 24 victorias en 26 encuentros individuales en la Copa Davis. Además, le confirmó como un tenista sin mácula delante de su afición, presentando ya un impecable 17-0 en singles sobre suelo británico en la competición por equipos de mayor prestigio. Todo un seguro de vida.
Toda una montaña de responsabilidad debió tolerar Bernard Tomic, encargado de igualar la serie en un ambiente hostil, con la amenaza de un 0-2 al cierre del viernes como soga y ante un jugador de mal recuerdo, ganador del único precedente entre ambos. El australiano, número 23 mundial, se impuso (6-3 7-6(2) 6-7(4) 6-4) al británico Daniel Evans tras dos horas y 57 minutos de encuentro.
En un partido marcado por la agresividad al saque, llegando a conectar 27 aces y alzando su efectividad de primer servicio hasta el 77%, el aussie logró el triunfo redoblando esfuerzos. Con dos mangas de renta y un 3-0 en el tercer parcial, donde llegó a servir con 5-3 para sellar el pulso, se encontró con la reacción de Evans, capaz de mangar el encuentro a la cuarta manga.
Al final, se impuso la experiencia del australiano cuyo balance en Copa Davis sigue ganando enteros. Con 15 victorias en 17 partidos individuales disputados, Tomic sostiene las opciones aussies en el pabellón británico.
Así, y tras derrotar al número dos local, los australianos, que buscan su primera final desde la temporada 2013, mantienen la igualdad tras los dos primeros asaltos y aseguran su supervivencia en Glasgow hasta el domingo.
ATP
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