La noticia, por más sospechas que había en el ambiente, no deja de impactar. La imagen, junto con el cirujano Richard Berger y el brazo izquierdo enyesado, retumba aun más. Parece una broma de mal gusto. Pero no lo es. La realidad, una vez más, preocupa, atropella los buenos deseos. Es un karma que lo acompaña y no lo suelta. Porque Juan Martín del Potro , el hombre que supo derrumbar a tantos grandes del tenis a puro latigazo, volvió a ingresar en un quirófano. Lo hizo por esa maldita e irritante muñeca izquierda que se operó el 24 de marzo pasado para corregir daños ligamentarios y que, prácticamente, nunca le dejó de molestar. Cuando el tandilense canceló su actuación en el Abierto australiano, se presumía que no tenía mayores alternativas que la operación: así lo hizo ayer, cerca de las 15 de la Argentina, en la clínica Mayo de Rochester, Minnesota, por un equipo liderado por Berger. Según el comunicado del jugador en las redes sociales, se sometió a una "pequeña" intervención para "resolver" el problema del dolor que le causaba al impactar el revés de dos manos.
Del Potro estuvo acompañado por su entrenador, Franco Davin , y por su preparador físico, Martiniano Orazi. Se creía que el problema estaba provocado por un sobrehueso, de hecho todas las miradas parecían apuntarle allí, pero finalmente el trabajo médico se produjo en la misma zona donde el ex número 4 del mundo se había operado hace casi un año. Claro que en esta oportunidad no se trabajó sobre ligamentos dañados, lo que significa que el proceso de recuperación debería ser mucho menor. En los próximos días, Juan Martín regresará a la Argentina y, después de dos semanas de descanso en la que deberá utilizar una férula en la zona tratada, comenzará con la rehabilitación. ¿En cuánto tiempo se estima que podría regresar a los courts? Es una incógnita. Se especula con que podría ser en un par de meses. Pero en las próximas horas el jugador y su equipo recibirán mayores precisiones de Berger. Por lo pronto, por la proximidad del calendario, se estima que Del Potro no jugará en Delray Beach (desde el 16/2) ni en Acapulco (23/2), los próximos dos certámenes en los que estaba inscripto. De hecho, hasta filmó un comercial para el abierto mexicano.
"Hoy estoy con más ganas que nunca para volver a la cancha más temprano que tarde, jugar al tenis sin molestias y disfrutar del cariño de ustedes", publicó el campeón del US Open 2009 en las redes sociales, en un mensaje que desprende energía. Su ánimo tras abandonar el quirófano fue bueno, ya que confía ciegamente en Berger y éste le recomendó que lo mejor, en su caso, era una nueva cirugía. Creen que si no se sometía a la intervención, iba a seguir perdiendo el tiempo esperando que la inflamación en la muñeca le desapareciera. El equipo médico que lo atendió en EE.UU. estuvo convencido de los distintos pasos que tomó y concluyó que el trabajo realizado fue "exitoso". Ahora bien, habrá que esperar para ver cómo reacciona la muñeca izquierda a una nueva operación, que aunque haya sido menor que la primera, siempre resulta invasiva.
En Melbourne, el búlgaro Grigor Dimitrov contó haberle sugerido a Del Potro pegar el revés con una mano para no sentir los dolores que le genera hacer el tiro con dos. Sin embargo, esa no es una opción que el tandilense esté evaluando. Marcelo Negro Gómez, formador de Del Potro en Tandil, le dijo anoche a LA NACION: "No creo que se le cruce por la cabeza ni un segundo. Pienso que es grande para cambiar. Sí podría intentarlo a los 16, 17 o 18 años. Un cambio ahora no le llevaría menos de un año y además todos los rivales le jugarían ahí y no sería productivo". Lo concreto es que Del Potro ingresó en un quirófano para componer una muñeca por tercera vez en su carrera. Ojalá sea la vencida.
Cancha llena - La nación
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