David Ferrer superó con éxito un duro inicio en el Abierto de Australia tras remontar 6-7(2), 6-2, 6-0, 6-3 a Thomaz Bellucci en dos horas y 25 minutos de partido. El alicantino, que estrenó a Francisco Fogués como entrenador en un Grand Slam, puso en marcha todo el trabajo realizado en invierno para doblegar al brasileño y avanzar bajo el sol de Melbourne.
“No ha sido fácil con el 6-7 y 0-2, pero estaba tranquilo”, reconoció Ferrer, que ahora se encontrará en la segunda ronda con el ganador del partido entre Sergiy Stakhovsky y Dusan Lajovic. “La verdad es que en ningún momento tenía nervios, sabía que era una partido largo al mejor de cinco mangas y que quedaba mucho. Bellucci también tenía que jugar muy agresivo durante todo el encuentro para seguir igual”, prosiguió. “Al principio me costó. Empecé algo inquieto, la pista estaba rápida y hacía viento. Nunca es fácil. Al partir del segundo set, mantuve la regularidad y logré ganar el partido”.
Esa tranquilidad fue una de las claves que acompañaron a Ferrer en su victoria en el Qatar ExxonMobil Open de Doha, serenidad que no tuvo al arrancar la pasada campaña en Melbourne. “La tranquilidad se consigue arreglando los problemas para poder tener confianza”, dijo el español. “Es una situación completamente opuesta. 2014 fue un año bueno porque acabé con más de 4000 puntos, pero en la pista estaba mucho más nervioso. Ahora puedo ganar o perder, pero tengo tranquilidad en mí mismo”, confesó.
Ante Bellucci, el jugador de Jávea se benefició de un cambio específico de la pretemporada para modificar la posición del codo a la hora de sacar. “Me ayuda sobre todo en el porcentaje”, explicó el número 10 del Ranking Emirates ATP sobre la modificación realizada en el mes de diciembre, que sobre la pista se tradujo el martes en un 80 por ciento de puntos ganados con su primer servicio. “En la semana de Doha y hoy he mejorado con respecto al porcentaje, soy más regular. A nivel de velocidad sigo igual, pero es importante hacerlo fácil técnicamente como ahora”, continuó, valorando positivamente la decisión tomada tras una sesión de fotos. “Estaba haciendo unos saques en una sesión de fotos y haciendo un gesto me di cuenta. Lo hablé con Fogués, mi entrenador, y lo fuimos probando durante la pretemporada. Y me ayuda mucho”.
Ferrer, físicamente impecable, afronta en Melbourne el reto de disfrutar de la competición mientras se abre paso buscando superarse a sí mismo.
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