BUENOS AIRES -- Estar sano. Esa es su premisa. Acostumbrado a sufrir interrupciones en varias temporadas por diferentes lesiones y contratiempos físicos, Leonardo Mayer repitió en la charla con ESPNtenis.com que la clave de su éxito es que su cuerpo lo ayude y no sufra problemas. El actual 28º del mundo y Nº1 de Argentina y de América Latina vivió su mejor año y espera tener continuidad para intentar repetirlo en 2015. "Yo sé que ahora es más difícil mantenerse", afirmó, a la vez que sabe que, si está entero, puede mejorar aún más.
A los 27 años, el correntino, que alcanzó su mejor ranking en septiembre pasado, cuando figuró 25º, disfrutó mucho de un inolvidable 2014: ganó su único título de ATP, en Hamburgo, jugó sus dos primeras finales de ese nivel, ya que además perdió en Viña del Mar, alcanzó 28 de sus 90 triunfos entre el circuito mayor y la Copa Davis, siendo la primera temporada en la que superó las 20 victorias, y por primera vez llegó a la segunda semana en un Grand Slam, al arribar a octavos de final en Wimbledon. Además, en compañía de su amigo Carlos Berlocq, hizo cuartos en el US Open, en su mejor tarea en dobles en un Major tras eliminar a tres muy buenas duplas.
Por eso, Mayer, entrenado por Leo Alonso y Javier Fernández, goza a la hora del balance de su año de gran despegue. Como si lo citado anteriormente no fuera suficiente, el correntino se dio el placer de conseguir su único triunfo sobre un rival Top 10, al derrotar al español David Ferrer (7º en ese momento, en julio) en la final del ATP 500 de Hamburgo, en arcilla. Como plus, ese fue el más importante de los cuatro torneos ganados por argentinos a nivel de ATP en esta temporada.
De todo lo que vivió y de sus objetivos para lo que viene, Leo Mayer dialogó en exclusiva y se mostró suelto y distendido. El argentino ya tiene 2015 en su cabeza: viajará el 1º de enero a Qatar, donde debutará en el ATP de Doha. Después jugará en Sídney y el Abierto de Australia, seguirá con la gira sudamericana de polvo de ladrillo en San Pablo, Río de Janeiro y Buenos Aires y cerrará el primer trimestre volviendo a las canchas duras, en Indian Wells y Miami.
--Fue muy bueno; mi mejor año, sin dudas. Ahora estoy disfrutando mucho de todo lo que viví. Igual estoy en plena pretemporada, entrenándome mucho, sin vivir una vida normal, por lo duro de las sesiones de prácticas todos los días, pero muy contento. Ojalá tenga un año igual en el próximo.
--¿Cuál fue el click que hiciste para dar el salto de calidad?
--No hubo un momento clave, fue la continuidad que logré. Desde Indian Wells 2013 que juego sin parar, sin problemas físicos; el cuerpo me responde bien y así estoy mejor entrenado y afronto mejor los desafíos que tengo. Me pasó que hubo momentos en los que jugaba muy bien pero me lesionaba. Eso me pasaba antes, en otras temporadas, y por suerte mejoré y ahora estar bien me da tranquilidad. También lo noto ahora en esta etapa, porque puedo descansar cuando quiero, digamos, y no por obligación.
--Hamburgo fue mi gran golpe. Pero empecé firme en Viña del Mar, donde perdí la final y eso ya me dio confianza. Hice un calendario diferente y se me fueron dando las cosas; empecé a ganar más partidos seguidos, como nunca antes. Hamburgo fue importantísimo porque fue mi primer título de ATP, jugué muy bien y le gané a Ferrer. Igual, ya me venía sintiendo muy bien desde Niza y Roland Garros.
--Ese resultado me dio una confianza extra. Fue raro para mí, porque me desgarré un poquito un isquiotibial, no pude jugar un torneo previo en pasto y me fue bárbaro igual en Londres. Mi juego me ayudó a adaptarme rápido, por mi potencia. Fue una linda sorpresa, aunque venía descansado mentalmente y eso me ayudó mucho.
--¿Qué papel jugó la Copa Davis este año para vos, por ir al repechaje y haber sido el líder del equipo?
--No fui como líder, porque nunca me lo tomo así. No me siento líder porque el ranking lo diga. Yo soy uno más de todos. Me gusta mucho jugar la Copa Davis, no pude estar en Mar del Plata ante Italia y pude ayudar con mis triunfos contra Israel para mantenernos por suerte en el Grupo Mundial. Eso fue muy bueno para nosotros.
--¿Qué te dejó el partido contra Federer en Shanghai, cuando tuviste cinco puntos para ganar el partido y después él terminó ganando el torneo? ¿El saldo fue de bronca o te quedó alguna enseñanza para no repetir algo puntual de ese día?
--Ahora lo veo como una anécdota más, pero en el momento estaba muy enojado, porque fue un partidazo y se me escapó por muy poco, fue una lástima. Siempre quise enfrentarlo, hice un gran papel por el rival y porque me tocó en la cancha central de Shanghai. El día del partido Roger me saludó, pero no me importó lo que me dijo; estaba dolido porque no pude ganarle. Después me contaron que me elogió y pasando las semanas entendí mejor lo que hice y me dejó una experiencia distinta para el futuro. Sé que fue muy bueno. Pude demostrar mi potencial y eso me pone bien.
--Estamos tratando de mejorar las subidas a la red, de cerrar mejor los puntos adelante, para tener un juego más completo. También tengo que ajustar el saque y la devolución. Mentalmente estoy bien. Para mantener mi nivel, la clave es no lesionarme, no jugar torneos de más; no exigirme, porque el principal objetivo del año es estar bien de físico y así no tener que parar. Siempre hay algún dolor, pero ojalá sean leves.
--El ranking no me preocupa; digamos que no me pongo un objetivo fijo. La clave es no lesionarme, porque si estoy bien puedo seguir así y también mejorar. Yo sé que ahora es más difícil mantenerse que haber llegado a este nivel. Es muy lindo estar Top 30 y espero poder mantenerme. Por eso, mi principal objetivo es no lesionarme y eso me ayudará a jugar cómodo.
--La Davis voy a jugarla, seguro. Yo priorizo mucho la Copa Davis; me encanta jugarla, porque es en equipo y represento a mi país. Es un torneo especial, es otra cosa. Y esperemos que nos vaya mejor que este año. A Juan Martín lo saludé, sí, pero no hablamos de este tema, la verdad. No sé qué pasará.
--Me gustaría repetir lo que logré este año. No es fácil estar ahí, lo pude hacer y mi meta es lograr estabilidad. Me gusta jugar en todas las canchas, porque mi juego se adapta a todas las superficies y eso me ayuda mucho. Es importante porque me da margen en el año y no tengo más presión en una etapa del calendario que en otra.
Por Gustavo Goitía
ESPNtenis.com
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