NUEVA YORK -- La previa le había dado un guiño a Andy Murray. La baja de Rafael Nadal lo metió entre los ocho preclasificados y así evitaba un cruce ante un Top 8 previo a los cuartos de final. Sin embargo la fortuna no lo acompañó en el sorteo: un potencial cruce con Jo-Wilfried Tsonga en octavos de final; y de pasar, Novak Djokovic en cuartos. Díficil.
Murray y su primer GS. US Open 2012 |
"Voy a tener que mejorar. Hay un montón de cosas que necesito trabajar", explicaba el escocés luego de su caída en Cincinnati ante Roger Federer, en cuartos de final. "Estuve muy irregular. Ha sido así la mayor parte del año", remarcaba en el reciente Masters 1000, en el que obtuvo una más que interesante victoria ante John Isner.
Pero los problemas para Murray no arrancan a partir de octavos de final, sino antes. En su debut tendrá al holandés Robin Haase, a quien supera 2-1 en los antecedentes, aunque necesitó cinco sets, justamente en Flushing Meadows, para derrotarlo hace tres años. Y en segunda podría cruzarse con Radek Stepanek, con quien perdió hace unos meses en el césped de Queen's. En tercera, Fernando Verdasco, otro duro oponente.
Como bien dijo, su tenis es un rival más en esta temporada. Murray no le puede escapar a la intermitencia en su juego. Luego de su operación en la espalda y el fin de su vínculo con Ivan Lendl no consiguió volver a disputar una final en el circuito, con su último recuerdo en el título de Wimbledon 2013. De todas maneras, supo tener buenas actuaciones en ese lapso, como las semifinales en Roland Garros y los cuartos de final en Australia y en la Catedral de Londres.
Generalmente cumple en cada semana con lo previsto, pero parece faltarle un último paso. En el año suma 14 derrotas (con 34 victorias), seis de ellas ante jugadores fuera del Top 20. No obstante, en los últimos torneos entregó señales de recuperación. Rafael Nadal, Federer, Grigor Dimitrov y Tsonga acumulan seis de sus últimas siete derrotas, desde mediados de mayo. Caídas para nada descabelladas. Le falta el golpe.
La llegada del Abierto de Estados Unidos, donde pudo quebrar en 2012 su sequía de Grand Slam, se presenta como una gran oportunidad para dar el salto. Las primeras victorias le podrían dar ritmo y confianza. Y luego sí, en su debido momento, a pensar en Tsonga, Djokovic o quién se le ponga por delante. De la mano de Amelie Mauresmo, Murray buscará volver a hacer ruido en Flushing Meadows.
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