Al día siguiente de la sorprendente eliminación de la gran favorita de la prueba, la estadounidense Serena Williams, por su joven compatriota Stephens, Li Na dio este viernes la otra gran sorpresa del torneo, al eliminar a la otra gran candidata al título, la rusa Maria Sharapova por un doble 6-2.
Posteriormente, Azarenka, número uno del circuito femenino, cumplió los pronósticos ante Stephens, de 19 años, a la que derrotó por 6-1 y 6-4, en un partido brillante que manchó al final del mismo por una decisión de la bielorrusa que le generó muchas críticas.
Sirviendo con 5-3, Azarenka desaprovechó cinco pelotas de partido y acabó cediendo el juego, pero en el descanso, pidió atenciones por parte de un cuidador y seguidamente, visiblemente sofocada, abandonó la cancha durante 10 minutos, mientras Stephens esperaba sentada en su silla.
A su regreso, Azarenka volvió a romper el servicio de su rival para llevarse el encuentro y alcanzar la tercera final de un Grand Slam en su carrera, tras su victoria en Australia-2012 y la perdida en el US Open-2012.
“Me sentí invadida por la emoción al darme cuenta de que estaba tan cerca de la final. Eran los nervios”, trató de explicar la número uno del tenis femenino a las cámaras de televisión, aún en la pista, poco después de su victoria.
Minutos después, ante las cámaras de la ESPN, Azarenka añadió: “No llegaba a respirar, tenía la impresión de tener una crisis cardiaca”.
“No es justo, no tenía derecho de pedir un tiempo muerto médico porque no estaba lesionada. Hacer eso en ese momento del partido, no es correcto”, protestó la ex jugadora estadounidense Pam Shriver.
“Ha sido una absoluta farsa”, dijo en Tweeter Patrick McEnroe, ex jugador y ex capitán del equipo estadounidense de Copa Davis.
En conferencia de prensa, Azarenka trató de precisar lo dicho minutos antes sobre la cancha. “No comprendí bien la pregunta. Si he pedido un tiempo muerto fue porque realmente me dolía la espalda y era eso lo que me impedía respirar. Realmente necesitaba que me desbloquearan la espalda y no tenía ganas de desnudarme delante de todo el mundo”.
Stephens, que comparte agente con Azarenka, evitó criticar a su rival: “Si hubiese sido una de mis amigas, hubiese dicho: 'íDios mío, parecen problemas personales'. Aparte de eso, es simplemente desgraciado. Perdí el partido pero no diría que fue el tiempo muerto médico lo que me hizo perder el juego siguiente”.
Azarenka protagonizará la final junto a Li Na, pese a que las apuestas parecían presagiar un duelo entre Serena y Sharapova, puesto que las dos se habían mostrado intratables durante todo el torneo.
La rusa sólo había perdido nueve juegos en sus cinco primeros partidos, todo un récord en Melbourne, pero no sirvió de nada este jueves antes una rival pletórica.
Mucho más menuda y menos potente, Li Na jugó un partido perfecto a nivel técnico y pudo contar con un excelente servicio, sobre todo en los momentos críticos, de modo que pudo salvar seis de siete puntos de break.
La jugadora china, entrenada desde hace seis meses por el argentino Carlos Rodríguez, expreparador de Justine Henin, desesperó a una Sharapova cada vez más tensa, que acabó ahogándose en un océano de faltas directas (32).
Tras ganar en 1h 33min este duelo entre las dos últimas campeonas en París, Li Na, de 30 años, llega a su tercera final en un torneo del Gran Slam, tras perder la de Australia en 2011 y ganar Roland Garros ese mismo año.
“En 2011 estaba un poco en shock porque era mi primera final en Grand Slam. No sabía muy bien qué hacer. Ahora, tengo más experiencia, debería ser mejor. Había más presión hace dos años”, dijo la china.
Sharapova, por su parte, admitió que Li Na “hizo un gran partido”. “Sin duda, el mejor contra mí”, añadió.
“Ha mandado en el juego y ha estado ciertamente más agresiva que yo. Yo estuve todo el tiempo en defensa. Cuando he intentado cosas, he cometido demasiadas faltas”, analizó Sharapova.
AFP
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