Rafael Nadal (N.2) venció 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 a Novak Djokovic (N.1), este lunes en la continuación de la final del Abierto de tenis francés en el court central Philippe Chatrier de Roland Garros, y obtuvo su séptimo título del torneo del Grand Slam sobre arcilla, récord absoluto.
Con este resultado, el vencedor superó la plusmarca de seis que compartía con el mítico sueco Björn Borg, y frustró a su rival en la ocasión en su intento de ganar los cuatro grandes torneos de manera consecutiva.
"Yo quería ganar el partido, el récord no era mi objetivo...", dijo con su característica ubicuidad.
Después felicitó a su rival y agradeció a todos.
"Felicitaciones para Novak. Para mí fue un privilegio jugar aquí con el mejor del mundo (...) Agradezco a todos los que han hecho posible este torneo, quizás el mejor del mundo, organizadores, patrocinadores... Muchas gracias a mi familia y a mi equipo, a mis amigos que están aquí, sin ellos esto no hubiera sido posible. Este momento es algo inolvidable, el mejor de mi carrera", dijo el balear, de 26 años, quien tiene lugar de sobra en su casa para coleccionar trofeos.
El partido había sido interrumpido la víspera a causa de la lluvia, que volvió la cancha impracticable.
La primera manga comenzó con un break a favor de Nadal con su cuarta bola para hacerlo, cuando iban 6 minutos de partido, para seguir a 2-0 en blanco con su saque. En el tercer game, el primero, muy concentrado, obtuvo un nuevo quiebre (3-0).
Sin embargo, tras varios intercambios, el belgradense, de 24 años, logró su primer beak para quedar 3-1 y enseguida 3-2 abajo con su servicio. Precisamente, cuando todo parecía aspectado para que el campeón siguiera de largo, su rival comenzó a devolver fuerte y contra las líneas, con su drive, y volvió a quebrar para 3-3, aunque estaba cometiendo más faltas directas.
El séptimo juego, el de las grandes inflexiones, basculó con un quiebre a favor de Nadal (4-3), quien siguió a 5-3, y después con su saque, con una dejada magnífica para 40-15 y un drive con su zurda demoledora cerró 6-4 (58 min), y sin que la lluvia, que amenazaba, hiciera su aparición, salvo una leve garúa que no justificó una interrupción.
En la temporada 2011, el belgradense había impuesto una especie de paternidad sobre el manacorí, al que derrotó en seis ocasiones en las que se enfrentaron, logrando la séptima en la épica final del Abierto de Australia de este año en Melbourne.
No obstante, el segundo de éstos se tomó su revancha recientemente en los torneos de Montecarlo y Roma, jugados sobre tierra batida.
"¡Felicitaciones Rafa!, a su equipo. Muchas gracias a todos, al público por su apoyo y por su gusto por el tenis. Gracias a mi familia y a mi equipo (...) Disfruté mucho de este gran partido, mi primera final en Roland Garros. Rafa jugó mejor. Volveré el año que viene", declaró el perdedor tras el partido.
El segundo set comenzo con un 'auto-break' de Djokovic tras una doble falta, y su adversario logró el 2-0 con un impresionante smash. Pero, tras colocarse 2-1 abajo el primero quebró para 2-2, demostrando que puede plantarle cara al mejor del mundo sobre arcilla, que no estaba sacando tan bien como en partidos anteriores.
Pero, 'Rafa' es 'Rafa' y quebró para 4-3, mientras 'Nole', malhumorado, fue advertido por haber golpeado su raqueta contra su banco, provocándole una rotura. El primero continuó a 5-3 con un game blanco, y justo llegó la tan temida lluvia cuando éste comenzaba a controlar el encuentro.
Al regreso de los vestuarios, el serbio parecía más frío y perdió su servicio y el set por 6-3 (en algo menos de una hora, 1 hora y media contando el corte por lluvia).
En la tercera manga, Nadal logró el break para 2-0 arriba, pero Djokovic le devolvió la gentileza para 2-1 y seguir a 2-2. Después, el segundo, jugando más sólido volvió a lograr la inflexión para locura de su hinchada que no paraba de gritar "¡Nole!" y se pondría 4-2 cómodo para volver a quebrar (5-2) y llevarse el parcial 6-2 con un game blanco (45 min).
Estos dos jugadores son los que más se han enfrentado entre ellos en los últimos años (desde 2006) en el circuito ATP y, en 33 partidos, contando esta final, domina el mano a mano el balear por 19-14.
En lo que se refiera a los torneos del Grand Slam, la diferencia es aún mayor a favor del balear, 11-5, y mientras éste los ha ganado todos, a su rival le falta precisamente el Abierto francés.
Cuando llegaron al cuarto set, el serbio parecía haberle tomado los puntos al español, que no reaccionaba ante la potencia de sus golpes y le tomó el servicio para ponerse 2-0 y en 2-1 llegó la segunda interrupción tras la que se decidió postergar el encuentro para este lunes.
Ya en la reanudación, el español hizo el break para 2-2 y siguió a 3-2 con su servicio con un juego blanco. Pero, tras devolverle su rival el cumplido, la paridad continuó el siete veces campeón quebraría para 7-5 gracias a una doble falta del serbio después de 3 horas y 49 minutos de encuentros en tres capítulos.
Univisión
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