En un partido que pasará a los anales de la historia del tenis mundial, el actual número uno del ranking ATP, el serbio Novak Djokovic se adjudicó por tercera vez (segunda consecutiva) el Abierto de Australia.
Había muchas dudas en cuanto a la condición física con la que llegaba el serbio luego de su desgastante partido de semifinal. A esto se agregaba que enfrente tenía a Rafael Nadal, el titán del tenis.
Fue una batalla de poder a poder y que en casi seis horas de juego permitió que fuera Djokovic quien se alzara con la corona por 5-7 6-4 6-2 6-7(5) y 7-5.
El dominio del juego fue alternándose, pues fue primero el hispano que con un contundente servicio y una actitud agresiva se adjudicó el primer parcial.
De allí en adelante fue el serbio quien mantuvo el control del juego. Se adjudicó las dos mangas siguientes e incluso en el cuarto parcial y estando 4-3 desaprovechó tres opciones de ruptura que le brindó el español que le hubiese facilitado el cierre del partido antes. Sin embargo todos conocemos que Nadal no es un jugador que se entrega y con bastante garra estiró la definición al tie break y allí lo hizo suyo por 7-5.
Cuando muchos esperaban el quiebre mental de Djokovic, afloró la casta de campeón para contener las embestidas de su rival. Cuando Rafa quebró y se puso 4-2 Nole sacó fuerzas de donde no había para recuperar el juego. Luego fue el serbio quien nuevamente quebró en el undécimo game para con su saque y luego de salvar un break point aprovechar su primera bola de partido para sumar un Grand Slam a sus palmares.
Djokovic logró el primer objetivo de la temporada, retener el título de Australia con miras a mantener el liderato mundial. Sin embargo, está demostrado que Nadal está cerca y no se la va a poner fácil. La emoción está asegurada cuando a esta lucha se sumen Roger Federer, el dubitativo Andy Murray y un ya recuperado Juan Martín Del Potro
Djokovic logró el primer objetivo de la temporada, retener el título de Australia con miras a mantener el liderato mundial. Sin embargo, está demostrado que Nadal está cerca y no se la va a poner fácil. La emoción está asegurada cuando a esta lucha se sumen Roger Federer, el dubitativo Andy Murray y un ya recuperado Juan Martín Del Potro
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