El No. 1 del mundo, Roger Federer, envía su pelota directo a la red. Su rival, un adolescente etíope, Jirata Demska, sonríe y reza que el suizo esté teniendo un mal día.
Pero Federer se toma una pausa, y tras un largo suspiro, sirve un ace. El joven de 17 años, aceptando que perdió, solamente se resigna.
"Es el mejor tenista de la historia", dice. "Sólo estoy feliz de haber jugado ping-pong con él".
Jirata dice que nunca olvidará el ganarle dos puntos en un improvisado juego de tenis de mesa en una escuela que el tenis apoya en dicho país. Para Federer, su visita esta semana fue una que lo llevó hasta las lágrimas.
"Cuando llegué al colegio y todos estaban cantando, fue muy emotivo", contó Federer a Reuters. "Cantaron 'Roger, nuestro Padre'. No lo entendí mucho al principio pero de todas formas tenía lágrimas en mis ojos".
Federer, que intentará ganar los cuatro Grand Slams en un año en el que comenzó triunfando en el Abierto de Australia, se tomó un tiempo libre para visitar Etiopía, uno de los países que recibe la caridad de la organización en la que trabaja.
La fundación Roger Federer, nacida en 2003, gasta US$ 1 millón al año en educación para Etiopía, Sudáfrica, Tanzania, Mali, Malawi y Zimbabwe.
INSPIRACIÓN DE MADRE
"Mi madre, que es sudafricana, obviamente es la inspiración detrás de esta fundación", dijo Federer, mientras los niños locales gritaban "¡número uno!" a sus espaldas.
"Estuve ahí de vacaciones muchas veces cuando era más joven. Por lo que comenzamos con un proyecto en Sudáfrica y, mientras crecí y conseguía más dinero, quise expandirlo".
Mientras disfrutaba una comida típica con los estudiantes de una de las dos escuelas por las cuales paga en el país, Federer fue bombardeado con preguntas. Muchos querían saber si tenía hijos por su cuenta.
Sus mellizas de siete meses, Myla y Charlene, podrían eventualmente tomar el mando del centro de caridad mucho después que él termine de jugar, dijo.
"Quiero demostarles que este mundo existe", dice Federer, apuntando a la sala de clases que los rodea.
"No habrá excusas porque estaré viajando. Serán 10 años emocionantes para mí porque estaré tratando de educar y ayudarlos y mostrarles todo esto".
Etiopía es el séptimo país que recibe mayor cantidad ayuda extranjera, con US$1.94 billones en 2006, según la Organización para Cooperación Económica y Desarrollo con sede en París.
Como multimillonario, Federer manejó por las calles de la capital Addis Ababa y cuatro niños pudieron verlo a través de los vidrios de su auto. Luego tuvieron que correr detrás del bus...
"¡Federer!, ¡Federer! ¡Te queremos!, ¡Te queremos!", gritaron.
RECONOCIMIENTO SORPRESA
Para Federer, ganador de 16 Grand Slams, el nivel de reconocimiento en uno de los países más remotos y pobres del mundo, más conocido por atletismo que por tenis, fue sorpresivo.
"Es mi primera vez acá por lo que no lo esperaba", dijo. "Siempre pensé que debía estar en un país donde me conocieran. Me olvido de la televisión".
Una niña local, Nihlaa Omar, elongando antes de una carrera de un kilómetro ante el maestro del tenis, dijo que lo había visto por la televisión en un pueblo cercano.
"Sabemos que estan famoso como el famoso corredor kenyiata Kenenisa Bekele", dijo respecto al doble campeón olímpico de los 10 mil metros. "Pero creo que los etíopes pueden ganarle en correr".
Federer, quien tuvo que correr ante los mejores atletas del colegio, coincidió: "Estoy en muchos problemas".
La carrera comenzó, y el suizo inmediatamente se vio sobrepasado por los niños etíopes, acostumbrados a la altitud, que lo sobrepasaron rápidamente. Federer terminó casi en el final de la pista.
"Siempre he tenido mucho respeto por deportes de larga distancia" dijo. "El terreno era muy peligroso y ellos corrieron descalzos. Fue impresionante por decir lo menos".
Los niños también estaban confundidos por un hombremás acostumbrado a distancias cortas.
"¿Cuántos años tienes?", dijo una de las niñas. Federer, de 28 años y en excelente forma, le pidió que adivinara.
"No sé sobre gente blanca", contestó. "¿45?".
Fuente: ATP
Fuente: ATP
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