Era el gran objetivo de la temporada y no descansó hasta conseguirlo. Andy Murray sabía que estaba ante una oportunidad única para romper el maleficio que perseguía a su país en la Copa Davis, una competición que Gran Bretaña no conquistaba desde 1936. A pesar de pelear por la Ensaladera sobre la superficie teóricamente más hostil por sus características, la tierra batida cubierta belga, y en territorio enemigo, el escocés cerró el tercer punto de la final ante David Goffin por 6-3, 7-5, 6-3 en 2 horas y 54 minutos.
Ambos jugadores sabían la responsabilidad que cargaban sobre sus raquetas. Nunca antes en sus carreras habían afrontado una situación similar. Andy estaba a un único paso de dar la décima Copa Davis a los suyos, mientras que Goffin tenía la responsabilidad de estirar la eliminatoria al quinto punto ante su público. Los nervios se dejaron ver en el Flanders Expo de Gante desde el primer juego con el menor de los hermanos Murray al servicio.
El punto inicial ya fue una advertencia de la dureza que tendría el encuentro. Tras un largo intercambio, Goffin arrebató la iniciativa con el saque a su rival para acabar con una derecha ganadora. Sin embargo, el de Dunblane conservó su servicio y, lejos de conformarse, encontró su primera opción de break tras un espectacular resto de revés paralelo a una pierna. Pero después de un juego que se alargó hasta los 7 minutos, el belga puso las tablas en el marcador (1-1).
La igualdad se mantuvo hasta el sexto juego, en el que el número 2 del Emirates Ranking ATP convirtió un break en blanco (4-2), el primero del choque. Como un muro desde el fondo de la pista, Murray era capaz de recuperar prácticamente todos los ataques que Goffin lanzaba desde el otro lado de la red. Su resistencia en el fondo de la pista y un 83% de puntos ganados con el primer servicio le permitieron conservar el quiebre y abrochar la primera manga (6-3).
El listón de intensidad se elevó en el comienzo del segundo set, donde ambos jugadores amenazaron el resto de sus rivales. Si Goffin tuvo que salvar una opción de break, Murray tuvo que hacerlo en dos ocasiones. Y en sólo tres juegos se empleaeron 30 minutos para que el belga mandase (1-2). A medida que avanzaba el parcial aumentaba la tensión, aunque los servicios se mostraban más solventes, tanto que en el octavo juego Murray enlazó tres saques directos para poner el 4-4.
Pero la calma terminó en el momento en el que el británico se aprovechó del undécimo error no forzado de Goffin. Una derecha atrapada en la red sirvió para que Andy consolidara su tercera oportunidad para romper el saque en el set y deshacer la igualdad (6-5). A las dos horas de partido, y gracias a mantener un alto porcentaje de puntos ganados con el primer saque, 78%, Murray cerró el parcial (7-5) con uno de sus 14 winners con el drive.
El jugador nacido en Rocourt hace 24 años no entregó el partido. Tal y como ocurrió en su estreno el viernes ante Kyle Edmund confió en la remontada. Y arrancó la tercera manga encadenando dos juegos consecutivos, firmando el primer break del encuentro a su favor (0-2). Pero apenas tuvo tiempo para disfrutar la ventaja. Inmediatamente, Murray recuperó la diferencia en el marcador y puso las tablas (2-2) con una serie de golpes mágicos y passing imposibles.
En el séptimo juego de este parcial, el escocés puso la puntilla definitiva al encuentro con su segundo break del tercer set (4-3), que más tarde consolidaría a pesar de que Goffin forzó el 'deuce'. Un saque directo certificó el quiebre (5-3). Aún habría tiempo para un último break antes de cerrar una victoria que terminó con un espectacular globo.
Andy Murray, Jamie Murray, Kyle Edmund y James Ward fueron los cuatro representantes británicos elegidos por Leon Smith para conquistar la Ensaladera. Este éxito por equipos, permite al número 2 de la ATP ampliar su palmarés personal y añadir la Copa Davis a sus 35 títulos individuales entre los que se encuentran la medalla de oro que se colgó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y a los Grand Slams levantados en el US Open 2012 y Wimbledon 2013.
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